𝒞3

2.7K 249 8
                                    

𝕃𝕚𝕝𝕪

-¡Evans! -escuché que gritaban detrás mío, y me di vuelta con una pequeña sonrisa asomándose en mis labios.

Observé como, por unos segundos más, Agatha Potter corría hacia mí con el pelo más desordenado de lo normal.

lLlegó a mi lado y se abrazó el estómago, intentando recuperar el aliento.

-Yo... Te... -Agatha hablaba entrecortado, sin poder terminar una frase de manera correcta.

-Sabes, no te aria mal que intentarás respirar.

Potter me miró sonriendo y no pude evitar hacer lo mismo, mientras recordaba lo que había pasado la noche anterior, tal vez porque fue tan improvisado, porque no lo planeo, pero por primera vez en mucho tiempo yo había reído de verdad.

-Tengo un problema hoy -dijo revolviéndose el pelo con la mano derecha-, hay algo que tengo que hacer a la noche.

-¿Cómo a la noche? No se puede salir del castillo...

-No voy a salir del castillo -se apresuró a decir-, pero tengo que hacer... Algo.

La miré dudosa, pero sin tener la confianza suficiente para preguntar.

-Y eso me afectaría a mi por qué...

-Hoy es sábado, hay que patrullar, ¿te acuerdas?

-Merlin, me había olvidado -bufé exasperada, decidida a organizar mejor mi cabeza.

-Bueno, ¿puedes ir sola? -preguntó casi suplicante.

Acepté sin problema, realmente no me iba a cambiar mucho, pero al verla apuntó de ponerse de rodillas no dude ni un segundo.

-Gracias, gracias, gracias -la muchacha se agachó un poco para darme un beso en la mejilla, digamos que ella media unos cuantos centímetros más.

Al separarse, no pude evitar reír al ver su cara completamente roja y los ojos abiertos como platos, casi como si se acabará de dar cuenta de lo que había hecho.

-No hay problema, Potter -sonreí.

Agatha se quedó estática un segundo, y luego salió corriendo como si su vida dependiera de ello.

Fruncí el ceño, confundida ante esta reacción, aunque lo deje pasar y continúe mi camino hacia la biblioteca.

(•••••)

-Lils, ya pasó la hora del toque de queda -dijo Marlene cuando vio que me encaminaba al retrato de la dama gorda.

-Tengo que patrullar los pasillos -respondí con tranquilidad, sin siquiera parar.

-Oh, ¿dónde está Agatha? -añadió escaneando la Sala Común con los ojos.

-No va a venir conmigo -repliqué quedandome quieta, expectante, a ver si la conversación iba a algún lado

-¿Vas ir sola? -preguntó está vez Dorcas.

La chica apoyó su pluma en la mesa, junto a la hace tiempo abandonada de Marlene. Sus deberes de Pociones quedaron olvidados, y ahora las dos rubias me observaban confundidas.

-¿Por qué no podría ir sola? -inquirí con lentitud, intentando no perder la paciencia.

-No me entiendas mal, Lily -dijo Dorcas mirándome preocupada-, pero es peligroso.

-¿Qué me podría pasar?

-La pregunta sería qué no te podría pasar -siguió esta vez Marlene- Hay Mortífagos en la escuela...

𝐸𝑙 𝐴𝑚𝑜𝑢𝑟 𝐷𝑒 𝑀𝑒 𝑉𝑖𝑒 - Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora