«Día 64 de 365» (sin corregir)

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                                           «Día 64 de 365»

  Desperté de golpe ésta mañana por el sonido de mi celular, si yo mal no recuerdo no puse alarma ésta vez. Agarré el teléfono y vi que me estaban llamando.

— ¿Hola? —dijo soñolienta.

— ¡MÉRIDA! —escuché que gritó Hiccup— ¡¿DÓNDE DIABLOS ESTABAS!? ¡TE ESTUVE LLAMANDO TODA LA NOCHE!

— Cálmate Haddock —le dije amenazante.

— ¡Me asustaste!, ¡Creí que te había pasado algo! —dijo él.

— Sí, claro —dije con sarcasmo.

— ¿Mérida qué te pas..? —él preguntó pero yo colgué.

  No quería escucharlo, estaba muy enojada con él, me mintió, me dijo que jamás lo había hecho con nadie, y, me dejó sola en la fiesta ¡Claro que estoy enojada!

  Me recosté nuevamente en mi cama y seguí durmiendo, él volvió a llamar y yo corté sin atenderle. Volvió a llamar y yo apagué mi celular.

  Cuando me volví a despertar eran las dos de la tarde, me levanté de la cama, me bañé y me cambié. Hoy pasearía a Angus, sonreí forzada, sabía que pasear a Angus por el parque sería arriesgarme a ver a Hiccup. Así que cuando estuvimos abajo para salir, decidí ir por otra calle, por austral. Entonces comencé a caminar feliz de la vida, mi teléfono vuelve a sonar lo agarré enojada y grité:

— ¿¡No lo entiendes!? ¡¡NO QUIERO HABLAR CONTIGO!! —sólo oí silencio del otro lado del teléfono—. Después hablamos, Hiccup.

  Corté la llamada y vi las quince llamadas perdidas que Hiccup me había dejado, vi el número que llamó hace poco y... mierda. No era Hiccup, era papá... agh, no me importa. Guardé mi celular y seguí caminando.

  Cuando volvimos del paseo, mamá aún no había llegado así que aproveché la paz y la tranquilidad de la casa para ponerme a leer, busqué mi libro y me senté en el living, como siempre. Pero antes de que pudiera empezar mi lectura sonó la puerta, me maldije a mí misma mientras abría la puerta, ahí estaba Hiccup, lo fulminé con la mirada antes de que pudiese decir algo y cerré la puerta.

— ¡Espera! —dijo.

  Pero yo ya había cerrado la puerta en su cara.

— ¡Mérida, por favor! —suplicó algo irritado— ¿¡Qué te hice ahora!? ¡Odio que te enojes por tonterías y ni siquiera me hablas o me dices la razón!

  Abrí la puerta y lo miré mal.

— ¿Ah sí? ¿Y tu primera vez es una tontería? —pregunté desafiándolo con la mirada, Hiccup abrió ligeramente la boca, él estaba por contradecir pero lo interrumpí— ¿¡Que te hayas acostado con Astrid y no me lo hayas dicho!? —me acerqué peligrosamente a él— ¡¿Mentirme no es una tontería?!  —él retrocedió cada vez que yo me acercaba— ¡Empiezo a creer que fue un error lo nuestro!

  Hiccup me miró sorprendido.

— ¡¿QUÉ!? —gritó— ¡TÚ ERES EL PROBLEMA, MÉRIDA! ¡¿QUISIERAS CERRAR LA BOCA Y ESCUCHARME?!

— ¡NO! ¡YA ESCUCHÉ SUFICIENTE! —le grité en la cara— ¡QUIERO QUE SALGAS DE MI CASA, QUE NO VUELVAS A HABLARME NI A MIRARME! ¡TE QUIERO FUERA Y LEJOS DE MI VIDA!

  Hiccup se quedó callado y me miró a los ojos.

— ¿Eso quieres? —preguntó algo dolido— ¿Quieres que me aleje por siempre de ti? ¿Quieres que no te vuelva a ver a los ojos? ¿Quieres que no te vuelva a abrazar o besar nunca más?

  Ahora fui yo la que se calló y lo miró a los ojos, no sé... que es lo que quiero, estoy demasiado enfadada como para pensar y razonar. De verdad quisiera que se alejase de mí pero yo sabía que lo necesitaba...

— ¡CONTESTAME, MÉRIDA! —gritó él.

— ¡NO LO SÉ! —grité— ¡No sé lo que quiero! ¡No sé si te estoy amando u odiando! ¡No sé si creerte o no! ¡No sé si dejarte o seguir contigo!

  Él me miró a los ojos, me tomó el brazo y me jaló hacia él besándolo. Podría estar confundida con otras cosas, pero sí sabía que siempre querría besarlo. Él me dejó de besar y me miró nuevamente a los ojos.

— Perdón —dije mirando hacia abajo.

  Él me levantó el mentón.

— No eres la única que ha cometido errores, Mérida —dijo él mirándome—, yo te pido perdón por haberte mentido.

— Te perdono si tú me perdonas —dije.

— Trato hecho —dijo, y seguido de eso me abrazó y besó.

  Caminábamos tomados de las manos por la playa. Amaba ésta compañía, el aire cálido y suave, el relajante sonido del mar, la arena entre mis dedos y Hiccup a mi lado. No podía quejarme, me gustaba demasiado ésto, me odiaría si Hiccup no fuese tan terco, si hubiese hecho lo que dije y se hubiese alejado por siempre, ahora yo no estaría aquí. Hiccup me abrazó por la cintura y me pegó a su pecho mientras caminábamos, yo también lo abracé.

— ¿Mérida? —preguntó.

— ¿Sí?

— ¿Trajiste tu traje de baño? —preguntó.

— No, ¿Por qué? —pregunté confundida.

  Hiccup me alzó como los novios volviendo de luna de miel y luego corrió hacia el agua.

— ¡NO, HICCUP! ¡HICCUP ESPER..! —dije aferrándome a él, pero fue demasiado tarde porque ya estábamos dentro del agua.

  Salí del agua mirándolo con la boca muy abierta, él se rio de mi expresión y me acerqué a él, yo lo tomé del brazo y lo jalé hacia abajo hundiéndolo, él también me jaló hacia abajo y me hundí, en el agua sentí sus labios con los míos. Luego volvimos a la superficie y me separé un poco de él para tirarle agua. Hiccup se rio y me tiró en los ojos, yo solté una carcajada, así comenzó una guerra de agua.

  Él me alzó mientras seguíamos en el agua, yo enredé mis piernas en su cintura y nos besamos entre sonrisas.

  Corrí hacia la orilla con Hiccup detrás, ambos reíamos.

— No puedo creer que lo hayas hecho —dije riéndome.

— Hubieses traído tu traje de baño —dijo él.

  Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.

— Estás saladita, ahora —dijo, yo reí.

  Le di un beso corto en los labios.

— Y tú también —dije sonriendo.

  Él me abrazó de costado y por la cintura, así seguimos caminando por la playa.

   Estoy contenta de que al fin todo valla bien, pero aún estoy algo intrigada por el por qué está siempre tan ocupado, sea lo que sea confío en él y así seguirá siendo siempre.

 FIN, AHRRE nah, mentira xD

Mericcup: 365 Días para NO enamorarme. (Corrigiéndose)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora