«Día 4 de 365» *corregido*

1.4K 156 54
                                    

                                               «Día 4 de 365»

  Me despierto con los rayos de sol en la cara y un dolor de cabeza impresionante. Rápidamente corro mi cabeza de la luz, agarro la almohada y me cubro la cabeza con ella estirando un poco las piernas... un minuto... ¿Desde cuando YO tengo una cama de dos plazas? Saco la almohada de mi cabeza y miro hacia los lados... Esta no es mi casa. Mucho menos mi habitación. Desesperada levanto un poco las sábanas y veo mi cuerpo... estoy en ropa interior. Mierda, mierda ¡mierda!

  Me doy vuelta y veo a el castaño de Hiccup despertando con un bostezo, me cubro un poco el cuerpo y lo miro horrorizada, él sólo sonrió.

—¿N-Nosotros..? —pregunté como pude y con miedo de oír la respuesta.

—¿Qué?—se talló los ojos- Sí, dormimos juntos —dijo como si fuese normal. Comencé a desesperarme y a respirar agitado—. Pero nada más. Tranquila, sólo dormimos.

  Suspiré aliviada. Estoy feliz de seguir conservando mi virginidad y de no haberlo hecho con quien será quizá mi mejor amigo.

— ¿Cómo llegué aquí? —pregunté.

— Bueno, al principio comenzaste bebiendo tranquila unos cuantos tragos —comenzó a explicar—, luego te dije que iría a el baño, volví y estabas riendo como loca descontrolada y borracha, pensé que sería mejor llevarte a casa pero empezaste a forzarte y seguiste bebiendo. Finalmente te saqué del bar a la fuerza, pero no sabía donde vivías y como ya era tarde decidí llevarte a mi casa. —terminó.

— ¿Y cómo es que de repente estoy en ropa interior? —pregunté.

— Cuando llegamos me pediste ver una película, elegiste Los juegos del hambre: en llamas —explicó— y cuando terminó comenzaste a gritar que tu ropa se prendía fuego, fuiste a el baño y te sacaste la ropa, está ahí tirado todavía.

Estaba roja como tomate ¡Que vergüenza! No puedo creer que hice eso. Mierda.

—¿Algo más? —pregunté con mi cara ya hecha un tomate.

—Sí, me pediste que te quemara el pan —dijo él y arqueó una ceja haciendo una expresión entre confundida y pícara.

  Me vestí con mi ropa deportiva de ayer, Hiccup se ofreció a llevarme y yo acepté. Estábamos en su auto y había un terrible silencio así que prendí la radio, sonó Chandelier de Sia, empecé a tararear.

—Vamos —dijo él con una sonrisa y sin despegar la vista del camino—, ¡canta! —pidió.

—No, canto horrible —dije sonriendo.

Volvió a haber silencio hasta que Hiccup comenzó a "cantar" gritando y desafinando horriblemente.

—JAJAJA ¡no! —dije riendo.

—¡¡¡¡GONNA SWINGG!!!!! —comenzó a gritar—¡¡¡¡¡CHANDELIEEEEEER!!!! ¡¡EEEEEE EER!!

Cubrí mi cara con las manos mientras comenzaba a reír más fuerte.

—¡¡¡IIIII'M!!! ¡¡¡GONNA FLYYYY!!! —gritó cerrando sus ojos.

—Hic, ya —dije calmándolo, a pesar de que seguía riéndome.

—De acuerdo —dijo sonriendo— pero la próxima cantas conmigo.

  Llevé una mano a mi frente mientras soltaba pequeñas risitas. Paramos en una luz roja y él me miró. Me incomodé por su mirada y también giré a verlo.

—¿Qué? —pregunté seria.

—Nada, sólo quería molestarte —dijo y volvió a conducir, puse los ojos y sonreí, Hiccup era...

  Finalmente llegamos a mi casa. Hiccup bajó del auto antes de que yo lo hiciera. Me desabroché el cinturón y cuando estaba por abrir la puerta Hiccup la abrió por mí, lo miré confundida y salí del auto, él cerró la puerta sonriendo.

—Bien, gracias, Hic —dije— Adiós.

  Lo saludé con la mano pero él me detuvo antes de que volviera a entrar en mi casa.

—Oye Mer —dijo, yo me giré a verlo—, mañana iré al acuario, trabajo ahí ¿Quieres venir? —preguntó.

  Nunca fui a un acuario, debe ser genial, muchos peces y especies marinas... será divertido.

—De acuerdo —respondí— ¿A qué hora?

—Temprano, doce quizás. Te envío un WhatsApp —dijo y apretó sus labios—. Okay me voy, ¡cuídate!

  Se subió a su auto, un gol, y se fue.

  Solté un suspiro. 

  ¡Mamá no sabe nada de mí! ¡No le dije nada! Ningún mensaje, e-mail, carta, señales de humo ¡¡NADA!! Rayos, me espera una buena regañada.

  Cuando entré a casa y Angus corrió a mis pies contento, cerré la puerta y caminé hacia la cocina ¡Muero de hambre! Mamá debe estar trabajando, la llamaré y luego iré a comer algo. Agarré mi teléfono y tenía un WhatsApp de un número desconocido, lo abrí y estaba el estribillo de Chandelier en mayúscula y con millones de símbolos de admiración. Solté una carcajada y lo agendé: «Hiccup(:»

Mericcup: 365 Días para NO enamorarme. (Corrigiéndose)Where stories live. Discover now