«Día 8 de 365» (sin corregir)

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Bueno, sólo quería avisar que vuelve a narrar Mérida, espero que no se estén aburriendo xC pero ahora viene lo mejor >:)

                                               «Día 8 de 365»

  Despierto en mi habitación, ayer tuve un sueño similar a los anteriores, pero éste fue mucho MUCHO peor, hablaría pero hay menores que leen esto. Me senté en mi cama, y sonreí a la nada, me levanté con cuidado y lentitud, agarré mi celular y vi un WhatsApp de Hiccup que decía  «Buen día alpinista(:» a lo que yo contesté  «Buen día Sia». Bajé las escaleras con mi teléfono en las manos y ahí estaba mamá preparando el desayuno para ambas, la saludé con un beso en la mejilla y un fuerte abrazo.

— Buen día, mami —le dije soltándome del abrazo, ella me miró confundida.

— Buen día, Cielo —saludó extrañada.

  Colocó ambas tazas en la mesa, yo me senté y ella en frente mío, revolví mi chocolatada. Tenía diesiciete años y seguía tomando chocolatada nesquik. A veces pienso que no maduré lo suficiente, o quizás que nunca lo hice.

— ¿Por qué estás tan contenta? —preguntó, yo seguí revolviendo mi chocolatada— ¿Qué pasó anoche con Hiccup? —preguntó coqueta.

  Levanté la mirada horrorizada. ¿Hiccup? ¿Cómo que qué había pasado con Hiccup y esa miradita coqueta? Es mi amigo, siempre será mi amigo y nada más, no es ni será nada más que mi maldito amigo. Miré fulminante a mamá.

— Hiccup es mi amigo mamá —dije cortante, le di un sorbo a mi chocolatada y la dejé en la mesa para luego levantarme. Mamá inspeccionó cada movimiento que hacía—. Iré al parque con Angus.

— De acuerdo —dijo bebiendo su café, yo agarré la correa de Angus—, saludame a Hiccup —dijo.

— ¿Qué? —pregunté confundida y sorprendida, en ese momento Angus corrió hacia mí y yo por mi nerviosismo y torpeza me caí de sentón al piso, mamá rio— ¡No es divertido! —dije enojada—, Agh ¿Para qué me molesto?

  Salí cerrando la puerta de casa, le puse la correa a Angus y fuimos a el parque. Vi a el castaño ahí con su enorme perro, estaban corriendo y jugando, sonreí por la escena tan tierna, Hiccup era una persona demasiado... cariñosa, se podría decir, pero cuando se enojaba te podía partir la nariz, como lo ha hecho con Flynn. Caminé hacia ellos, Hiccup y Chimuelo estaban recostados jugando, Hiccup acariciaba a Chimuelo... bueno, digamos que frotaba la cabeza y tórax de Chimuelo. Angus salió disparado hacia ellos y se metió entre ambos también jugando, yo solté la correa antes de que yo también me metiera en ese juego bruto. Hiccup reconoció enseguida el perro.

— Hola, Angus —lo saludó Hiccup acariciando su cabeza con más cuidado, luego levantó la mirada hacia mí y soltó una risa— Hola, Mérida —saludó riéndose.

— Hola —saludé, él se volvió a reír negando con la cabeza— ¿Qué es tan gracioso? —pregunté algo enfadada.

— Que lindo es tu estilo —dijo divertido.

  Bajé mi mirada a mi ropa y vi... ¡Estaba en pijama! Esa era la carcajada de mamá, gracias por avisarme mami (notese el sarcasmo). Me sonrojé de vergüenza y miré hacia los lados mordiéndome el labio inferior, Hiccup se levantó y se acercó a mí.

— Tranquila, igual te queda bien —dijo acariciando mi brazo.

— Iré a cambiarme —dije, me di media vuelta pero él me detuvo tomándome del brazo.

  Me giré a verlo confundida, él tenía los ojos muy abiertos y una mirada... esa mirada indescriptible que me dejó hipnotizada unos segundos, él me soltó el brazo y se puso algo nervioso.

— ¿Podemos hablar? —preguntó suavemente.

  Lo miré a los ojos, él estaba tan desesperado que no me quedó de otra que aceptar... Hiccup tomó mi mano y me sentó en el banco, tomó una gran bocanada de aire y luego lo expulsó, me tomó ambas manos y me miró a los ojos.

— Mérida —comenzó—, hace unos días que nos conocemos, recuerdo nuestra primera vez hablando y que llegaste a mí... literalmente —reí levemente—. Desde hace varios días que me he puesto a pensar un poco en lo que dijiste, sobre mis padres y la universidad, me di cuenta de que no eras la chica que creí, la amargada y depresiva chica enferma —dijo, pensé en que antes era así y me puse algo nerviosa ¿A dónde quieres llegar Haddock?—, sino que eras la chica más divertida, gritona y hermosa que puede existir en éste mundo —me miró con ternura, pero sin formar una sonrisa en sus labios—, creí... creí que serías mi amiga y que sólo llegaría a eso, pero el día que dormiste conmigo supe que ya no eran lo mismo mis sentimientos —se me paró el corazón y me puse más nerviosa que antes—, la verdad creo que... me gustas, y no de la forma de amigos sino que me gustas y me encantas ¡ME TIENES LOCO! —Gritó, mis ojos se llenaron de lágrimas.

  Me miró algo asustado, Hiccup se me estaba confesando, me estaba diciendo lo que sentía por mí, que estaba loco por mí, su mirada era tan penetrante que sólo pude perderme en sus ojos y dejar que los míos se llenaran de agua.

— Mérida por favor di algo —suplicó.

  Me paré del banco rápidamente con las intensiones de irme de ahí pero volvió a tomarme del brazo y a mirarme con esa mirada de Hiccup, sus ojos estaban por llenarse de lágrimas como los míos.

— Me prometiste que no te enamorarías de mí —le dije mirándolo a los ojos.

  Él soltó su agarre mirándome e intentando reprimir las lágrimas, caminé a paso ligero, no quería verlo. Tomé a Angus y corrí hacia mi casa. El horrible viento del maldito otoño me sigue hasta el camino a casa. Cuando llegué abro la puerta y corro a las escaleras, mamá me mira preocupada y pregunta mientras yo subo:

— ¿Mérida? ¿Qué pasó cariño?

  Entré en mi habitación sin dejar que Angus o que mamá entrasen, cerré la puerta con llave y me tumbé en la cama, agarré mi almohada y ahogué un grito...

  Me sentía una persona horrible, recuerdo la expresión de su rostro cuando se lo dije, tan bulnerable parecía frente a esas palabras, sabía que lo había desmoronado, pero Hiccup... si supieras que no lo hago por mí sino por ti...

                                                Lo siento.

Mericcup: 365 Días para NO enamorarme. (Corrigiéndose)Where stories live. Discover now