CAPITULO 1

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Chan no dejaba de besar el cuello de Changbin, quien parado frente al espejo intentaba arreglarse el pelo que estaba un poco crecido, pero era difícil por las cosquillas y estremecimientos que le provocaban esos dulces y esponjosos labios, sonrió porque al parecer su esposo no estaba dispuesto a dejarlo ir tan fácilmente. Era su primer día de trabajo de vuelta de las vacaciones. Comenzaba un nuevo año escolar, que sería muy especial, pues sus dos pequeños con 8 años (edad coreana), también comenzarían su vida escolar.

Como era natural, no se resistió más y se dio vuelta para rodear el cuello de Chan y dejarse besar deliciosamente. A sus 37 años, ese hombre seguía siendo demasiado apetecible a sus ojos y él con 28 se sentía embriagado por el amor y el placer que le brindaba esa lengua traviesa que revoloteaba en su boca. Gimió. Como solía suceder cuando lo besaba de esa manera. Lo próximo era quitarse la ropa y hacer el amor. Pero eran las 7:00 de la mañana y él debía desayunar y partir al colegio.

—Bebé...tengo que irme y no quiero hacerlo con el estómago vacío—lo gracioso del asunto es que él no quitaba su boca de la Chan, por lo que éste continuaba devorándolo, dejándolo apenas hablar—Channie...

Finalmente Chan mordió por última vez su labio y dándole un cálido abrazo, lo llevó a la cocina para llenar su pancita de cosas deliciosas que él mismo había preparado para el primer día de trabajo de su niño.

Se sentaron en la mesa de la cocina, mientras revisaban sus agendas con las reuniones y actividades de sus pequeños.

—No te preocupes por Jisung. Yo lo llevaré a la escuela de futbol. Estaré en casa antes que tú. Hoy ni siquiera iba ir a la oficina pero Mark aún sigue con fiebre y Tae quiere quedarse con él...padre primerizo...ni siquiera sabe controlar una fiebre.

Changbin rió grandemente —ha hablado el gran padre experimentado. Te olvidas que así fue como comenzamos tú y yo...cuándo no sabías como calmarle la fiebre a Sungie y lo tenías excesivamente abrigado. Si no es por mí, mi pobre niño iba a explotar de calor.

—Eres un exagerado..., pero sí tienes razón...nunca olvidaré esa noche...cuando entraste y comenzaste a darme ordenes...tú un mocoso de 23 años...

—Y tú obedeciste inmediatamente...mi lindo hyung...—Chan sonrió al escuchar a Changbin llamarlo así. Hace años que ya no lo llamaba así, y ahora escucharlo le pareció tierno y nostálgico.

—Te amo Binnie... ¿te lo dije hoy?...hiciste que me pusiera sentimental...

Changbin se acercó y dejó un beso suave—te amo hyung...desde el primer día te amo...

Chan sonrió agradecido. Jamás podría cansarse de ese amor que le profesaba a su Binnie y el saber que era correspondido de la misma manera le daba una enorme paz.

—Entonces tú vuelves y llevas a Sungie al futbol. Recuerda inscribirlo para los sábados a las 12 del día. Veremos si estando en el colegio querrá seguir asistiendo.

Claro, sería un gran cambio para los pequeños. Si bien no despertaban tarde, el sistema educacional coreano era bastante exigente desde los primeros años, por lo que muchas veces los niños se sentían agotados para el fin de semana. Aunque el amor que Jisung tenía por el futbol, tal vez iba a ser más fuerte.

Luego de desayunar, Changbin fue a ver a sus bebés que recién despertaban y los besó. Primero a la habitación de su hermoso príncipe cantante.

—Papi... ¿vas a trabajar hoy?, no quiero que vayas...

—Oye Príncipe, papá tiene que ir...recuerda que desde la próxima semana tú y Jisung me acompañarán. Además papá Chan llegará temprano y almorzará contigo. Prometo que no llegaré tarde—Félix lo abrazó con fuerza. Amaba a sus dos papás, y no le gustaba cuando uno de los dos no iba a estar tanto tiempo en casa. Changbin le besó y salió para ir a ver a su otro príncipe futbolista.

Nuestra Pequeña Familia || ChanchangWhere stories live. Discover now