﹙𝒗𝒊𝒊.﹚𝗋𝖺𝖼𝗁𝖾𝗅 𝗅𝖾𝗈𝗇𝖾

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El silencio sepulcral se vio interrumpido por la carcajada de la azabache

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El silencio sepulcral se vio interrumpido por la carcajada de la azabache. Rachel podía asegurar que el plan en mente de los altos mandos era totalmente estúpido, sin embargo, podía decir que si querían conseguir ellos el Titán Fundador, mandar a la isla Paraíso al joven Eros, era lo correcto.

—De verdad están dementes, y desesperados como para considerar a un Lackbërg en la misión —ella rió nuevamente, con incredulidad—. Ésta es mi misión y yo decido a quién carajos llevar y en definitiva no irá Eros Lackbërg.

—Creo que ya no estas en posición de decidir, Rachel, tu mando quedó revocado en el momento en que fallaste al conseguir el Martillo de Guerra. Eros se hará cargo a partir de este preciso momento, además, no fue una sugerencia, así se llevará a cabo la misión para infiltrarse en la isla Paraíso. —el hombre canoso informó, levantándose de la silla para después alisar su traje azul marino de seda y pasar a retirarse del salón.

—¡Cometes un grave error, Markus! Cuando Eros Lackbërg traiga la destrucción a nuestro país, recordarás mis palabras. Un Lackbërg jamás trae algo bueno, son presagio de muerte y caos.

Y equivocada no estuvo. Infiltrarse a la isla de los demonios requería de primero abordar Marley y por consiguiente, llegar a la isla Paraíso. Haberse infiltrado en Marley no fue una elección correcta, al menos no para Rachel, porque los caminos que Eros había elegido tomar habían sido los incorrectos o eso creyó la azabache en su momento.

Su nación estaba completamente destruida, había cuerpos por todos lados, el firmamento se pintaba de un carmesí con la sangre pura de su gente, gritos de clemencia y terror genuino invadieron su cabeza. Ella estaba horrorizada con aquel atroz acto del más jóven de los Lackbërg, sabía que ellos actuaban cuando algo los beneficiaba, pero, ¿en qué beneficiaba para ellos la extinción de su pueblo? No entendía y tampoco quería, puesto que aquellas muertes de alguna forma eran también su carga, y el odio hacia Eros solo empezaba.

—¿Qué mierda has hecho? —un certero golpe cayó en la mandíbula derecha del hombre, haciéndolo tambalear levemente en su propio eje.

—Lo que creo que es lo correcto, Rachel, cosa que jamás entenderías. —respondió finalmente, tras unos minutos de silencio.

—¿Lo correcto dices? —rió, escéptica ante la respuesta—. ¿Matar a todo nuestro pueblo es lo correcto para ti?

—No, no a todos, no ganaría nada con eso.

—¡No queda nadie con vida en este caos, Eros Lackbërg! —exclamó, llena de una descomunal ira.

—Te equivocas en eso, hay gente con vida aún, Rachel, jamás me atrevería a arrebatarle la vida a un niño inocente. —declaró él.— Sígueme.

La azabache no descifraba qué podía estar rondando en la cabeza de Eros, todo para ella era tan complejo, sabía en su interior que solo seguía órdenes sin cuestionar porque lo hacía por su nación, eso se obligó a creer.

悲劇 𝐂𝐀𝐓𝐇𝐀𝐑𝐒𝐈𝐒; 𝗌𝗇𝗄حيث تعيش القصص. اكتشف الآن