╣ XIX ╠

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El asunto de la elección de los vestidos para la boda les llevo más tiempo del que Sam había esperado. Comenzó a lamentarse de no haber llevado a Lena con ellas cuando vio que su reloj ya marcaba las cinco de la tarde. Afortunadamente solo treinta minutos después terminaron con su tarea y Sam prácticamente corrió de regreso a la oficina con su ojiverde amiga. Con Kara aun desaparecida, dejar a Lena sola más de dos horas ya se consideraba riesgoso y encargarle a Jess la tarea de vigilarla parecía aún más peligroso pues ya no se sabía si Lillian continuaría atacando o no.

Cuando Sam ingreso a la oficina se topó con una Lena de expresión seria trabajando tras su escritorio. Se acercó cuidadosamente y dejo junto a los papeles que estaba leyendo un batido de galleta oreo, creyendo que quizá eso la animaría un poco.

Lena lo acepto, pero diez minutos después cuando ya llevaba el batido a la mitad, comenzó a llorar.

Sam tan solo le dedico una mirada aterrada y confusa al no tener la menor idea del por qué su repentino cambio de humor.

—Es el sabor preferido de Kara, siempre lo pide —explico—. Alfred, el dueño de la cafetería a la que siempre vamos, pone dos pajitas en el batido de Kara porque siempre termino por bebérmelo aunque tenga mi propio batido y en casa tenemos una de esas pajitas dobles por lo mismo.

—Ustedes dos son tan cursis —dijo Sam pasándole un pañuelo—. Con esto ya no me queda ni una sola duda de cuanto te ama Kara.

—¿Por qué lo dices? —arrojo el pañuelo a la basura luego de limpiarse la nariz.

—Porque Alex dice que Kara no comparte su comida ni golosinas con nadie. Ella debe amarte demasiado si te deja robar su comida.

El comentario de Sam solo logro abrir de nuevo la fuente de lágrimas en Lena.

—La extraño tanto Sam —apoyo la cabeza contra el escritorio, cerrando los ojos.

—Yo lo sé —camino tras el escritorio para abrazar a Lena—, pero hay que confiar en que pronto estará de regreso y volverán a ser tan cursis que nos harán vomitar arcoíris a todos.

Lena se mantuvo unos segundos más siendo abrazada por su amiga hasta que escucharon dos golpes contra la puerta. Sam se alejó y permitió el paso, seguido a eso la asistente de Lena ingreso a la oficina.

—Señorita Luthor, Arias. Disculpen la interrupción.

—¿Qué ocurre Jess? —pregunto Lena sin levantar la cabeza del escritorio.

—Hay un hombre esperando en recepción para verla, le explique que le es imposible atenderlo sin cita previa pero insiste.

—¿De quién se trata? —dijo Sam poniéndose de pie y casi entrando ya a su faceta protectora.

—Oliver Queen.

Lena se incorporó inmediatamente en cuanto escucho el nombre.

—Déjalo pasar —respondió sin dudar.

Jess asintió y salió de la oficina. Sam relajó su postura y se sentó sobre el escritorio de su amiga, quien por su parte dejo inmediatamente de lado todo lo que estaba haciendo. Y mientras esperaba por Oliver, Lena sintió su respiración acelerarse además de que una pequeña sonrisa se mostró en su rostro. Su mente no podía dejar de pensar e ilusionarse en que quizá ya se sabía el paradero de su Kara.

—Señor Queen —saludo Sam apenas Oliver entro.

—Creí que las formalidades ya habían quedado atrás, Sam —le recordó la ojiverde a su amiga—. Toma asiento Oliver.

—Gracias Lena —solo el botón de su saco y se sentó sobre la única silla disponible frente al escritorio.

—¿Quieres un vaso con agua? ¿alcohol? —ofreció Lena.

╣ Lost Eyes ║ Supercorp AU ╠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora