Capítulo 23

73 5 0
                                    

CAPÍTULO 23:

El desayuno era la única hora del día en la que nos veíamos. Yo ya había empezado con mis clases en la universidad y Jin seguía tan ocupado con BTS como siempre, así que el único momento en que podíamos convivir un poco, era en las mañanas.

Yo no solía tener el hábito de desayunar, mucho menos a las 7 am, antes de irme a clases. Pero, el médico me había dicho que debía mejorar mi alimentación y eso incluía desayunar algo todas las mañanas antes de irme a la escuela y tomarme mis vitaminas sin falta. Jin le había prometido al doctor que se aseguraría de que yo siguiera las indicaciones, así que ahora, todas las mañanas, él me esperaba para desayunar conmigo antes de irse a la empresa.

Ese miércoles, salí de mi habitación después de haberme arreglado para la escuela, y caminé hacia la cocina. Ahí, la señora Jul me saludó con un gran abrazo. Ella siempre me hacía sentir bienvenida, estaba muy feliz de que estuviera en casa y se alegró mucho cuando se enteró que estaba embarazada.

- Nina-ssi-. Me saludó contenta. -¿Cómo amaneciste?-

- Muy bien, gracias-. Respondí y la señora Jul me guió hacia la mesa del desayunador en donde estaba sentado Jin.

- Buenos días, Nina-. Me saludó con voz somnolienta y yo me reí. Jin estaba comiéndose la mitad de una sandía con una cuchara y a su lado tenía un gran vaso de leche. Esa era la versión de Jin de un desayuno saludable.

- Hola Jin-. Le respondí y me senté en la silla junto a él. La señora Jul llegó con mi desayuno, me había preparado pancakes porque sabía que eran mis favoritos, junto con un plato de fruta.

Yo no era fan de las mañanas y tampoco lo era Jin. En esa casa, ninguno de los dos se iba a dormir antes de las 3 am. Yo me desvelaba haciendo tarea y viendo series, mientras que Jin se quedaba despierto hasta tarde jugando videojuegos. Así que, por lo general, en la hora del desayuno, ninguno de los dos estaba de muy buen humor o particularmente platicador.

Ambos estábamos comiendo tranquilamente en silencio cuando dije: – Jinie, ¿me pasas la miel? – Al oír eso, él volteó a verme con asombro. Me sostuvo la mirada por unos segundos, luego sonrió ligeramente. -¿Por qué me ves así?- Pregunté nerviosa.

- Extrañaba que me dijeras Jinie-. Respondió, luego me pasó la miel.

- Gracias, Jinie-. Dije y él me sonrió mientras seguía dándole cucharadas a su sandía. Tenía razón, hace mucho tiempo que no le llamaba así con tanta naturalidad. "Jinie" siempre había sido mi apodo de cariño para él porque no terminaban de gustarme ninguno de los otros apodos tradicionales que se decían entre novios. Y, aunque muchas personas le decían así, especialmente army, de alguna manera, que yo le llamara "Jinie" era algo especial para él.

Después de que le confesé todo lo que había pasado con Sebastían y el chantaje, él reaccionó mejor de lo que esperé. Claro que estaba enojado y triste y tenía cosas que reclamarme, pero estuvo dispuesto a escuchar, hizo su mejor esfuerzo por entenderme e incluso terminó consolándome.

Ahora las cosas estaban mucho más tranquilas entre nosotros. Ya no se sentía esa tensión que crean los secretos y las confusiones. Sin embargo, eso no significaba que hubieramos vuelto a ser novios, él no lo había sugerido, ni había hecho ningún intento por acercarse a mí en ese sentido, y yo decidí simplemente darle su espacio. Por ahora, las cosas entre los dos estaban bien, yo me sentía cómoda y segura a su lado y Jin estaba volviendo a ser él mismo conmigo, con sus bromas y chistes malos.

Yo tenía la esperanza de que algún día me perdonara por completo y pudiéramos volver a estar juntos, pero no pensaba presionarlo.

- Oye, Nina-. Dijo Jin entre bocados de sandía. – Había olvidado decirte que tenemos una boda este sábado-.

EpiphanyDär berättelser lever. Upptäck nu