15: Aclaraciones.

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JEAN

Me siento tan estúpido, evadí el espacio personal de Mikasa invitándome a su cama a dormir por si solo y ahora obviamente no me quiere hablar. Seguro hice algo que la incómodo, seguro me odia y no me desea hablar nunca más. Dios, sabiendo que no es una persona tan sociable yo fui y simplemente dormía en su cama en vez de darle su espacio. Ahora tendré que atenerme a las consecuencias de dormir en solitario cuando ya me había acostumbrado a despertarme y ver su cara junto a mi, tan preciosa como siempre ¡Así nunca lograré conquistarla! Estoy seguro de que pondrá sus ojos en alguien más antes que en mí. Siempre fui su plato de segunda mesa, así que no será noticia para mi si eso sucede. Simplemente tendré que aguantarlo y acostumbrarme a ello, como lo hice años atrás en presencia de Eren.

— Kirschtein, ¿Qué lo trae por aquí tan temprano? — pregunta el capitán López viéndome llegar.

— Vengo a dejar los papeles de urgencia para completar que me envió el comandante Arlet. — respondí dejando la caja enfrente de la mesa del comandante — ¿Donde está Smith?

— Todavía no llega, puedo enviar la caja al correo si así lo desea.

— Sí, por favor. Es esencial y de primera prioridad que los envíes hoy, si puedes ahora seria mejor. En esta semana estaré entregando lo demás. — exclamé severo.

— Claro lo haré, ¿Necesita algo más?

— Necesito llevarme un caballo, tengo que ir a la casa de unos vendedores de algo que debo comprar. Es un trayecto largo. — aclaré.

— Tome cualquiera de las yeguas que están afuera, no se preocupe. Lo veo luego capitán. — sonrió para luego tomar la caja en mano y marcharse.

Me dirigí hacia el establo, donde encontré a unos pocos caballos a comparación de mis días donde existían los titanes.

— Haremos un largo viaje hoy. — sonreí hablándole a una yegua color marrón oscuro. Tome una cubeta llena de agua y se lo coloque en frente, hice lo mismo con todos los caballos; los cuales parecían felices de que alguien los mantenga hidratados. La preparé para el viaje, y llene una botella de dos litros de agua. Era muy temprano, las ocho y cuarto para ser exactos, y tenía que ir con urgencia antes de que Mikasa se despierte para prepararle del desayuno.

María, la pelirroja que me encontré ayer, me asesoro adecuadamente de en donde se encontraba la casa del vendedor de maquinarias de costura. Al entrar a su casa, me he dado cuenta que era un local de ropa; todo hecha por ella. Estaba muy emocionada por explicarme como se utilizaba la máquina e incluso me dijo que si Mikasa tenia problemas que vaya a preguntarle. Se nota que es una chica muy amable a simple vista.

Años anteriores he regalado a Mikasa cosas simples de comprar, algo que ni me llevaba mucho tiempo elegir. Carecía de tiempo y de ideas, entonces siempre elegía vestidos que regalarle. El día que ella se mudo, entre todos pusimos dinero y le compramos los objetos que tiene en su habitación: su armario, sus mesas de luz, su cama incluyendo el colchón, sus lámparas y una silla. Recuerdo que estaba muy feliz por tener una parte de su casa amueblada, fue tan tierna verla tirarse a la cama llena de alegría. Luego, Historia le regalo las cosas más básicas para que pueda vivir. Mikasa, con el dinero que la reina le daba, compraba lo necesario cada día más. Y nosotros en cada visita le llevábamos algo nuevo hasta que finalmente no necesito nada más, creo que Reiner fue el último en regalarle algo: un set de seis vasos de whisky.

Después de todo [Jean x Mikasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora