Extra (+16)

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Extra




Abrí los ojos por la luz incandescente que me molestaba. Tal parecía, la noche anterior, en medio de toda la faena, había olvidado cerrar las cortinas.

Me desperece como un gato, chocando la mirada con las blancas y arrugadas sábanas debajo mio. Sonreí antes los recuerdos de la noche anterior.
La habitación era tan blanca como la recordaba, pero ahora tenía ciertos agregados personales. Como por ejemplo, toda mi ropa regada por el suelo.

— Traje el desayuno.

La voz masculina venía desde la puerta. Aaron sostenía una bandeja con alimentos. Tenia solamente puesto un pantalon de chandal negro, que hacia un monton de maravillas en su cuerpo con una cantidad de musculos bien ubicados.

Su cabello estaba despeinado, como si alguien hubiese pasado sus manos varias veces por él. Bueno, yo había pasado mis manos por su cabello una infinidad de veces anoche.
Se acercó a la cama, haciéndome consciente que tenía unos perfectos y grandes pies desnudos. Apoyo la bandeja frente a mi, y jalo la sabana que cubría mi cuerpo desnudo.

— Dejame, Aaron. — Le dije divertida, pero hizo un puchero adorable y terminó de dejar mi cuerpo expuesto

— No puedo dejarte, no cuando tuve tanto tiempo alejado de ti.

Aaron acaricio mi mejilla con dulzura. Desde nuestro encuentro, habían pasado solo diez días. Los mismos que no podíamos separarnos ni siquiera una sola hora.
Todo había sido muy rápido.

Nos vimos, nos reconocimos, y desde ahí no pudimos dejar de estar juntos.

Todos los recuerdos volvieron a mi cuando lo vi. Habíamos tratado de no tocar el tema Olímpico, solo lo justo y necesario para saber que el dictamen de Zeus, se había roto sobre nosotros.

Entonces éramos libres para todo, y evidentemente él había vuelto por mi.

— Me encanta esta nueva versión de ti. — Dijo rozando suavemente nuestros labios — Tan segura de ti misma, tan hermosa.

Acaricie su rostro. Raspaba levemente por un rastro de barba rojiza que estaba creciendo. Seguramente me quedaría rojeces por lo áspero de su rostro, pero mentiría si no dijera que era bastante excitante en ciertas partes de mi cuerpo.

Sentí como todo mi cuerpo entraba en combustión. Una de las increíbles cualidades de Aaron, era llevarme de uno a mil, con solo un beso. Aunque devoraba demandante mis labios, podía sentir en el pecho todo lo que me quería transmitir.

Amor, conexión, hogar…

Todo lo que quería y más, lo traía un dios griego de cabellos como el fuego.

Se separó levemente, rozando una sonrisa con mis labios. Me encantaba cuando hacia eso. Me sentía sumamente conectada a él cuando nuestras miradas chocaban y decían todo. Ahora mismo decían pasión y hambre.

— No sabes cuanto desee que estuvieramos asi, para siempre...— Murmuró roncamente contra mi boca

Se apartó y con maestría, tiró de la cintura de sus pantalones, revelando una parte extremadamente feliz de sí mismo. Todo él estaba constituido por músculos de acero, recubiertos en piel que competía con la suavidad del terciopelo. Me senté en la cama, estire una de mis manos y la pase por todo su pecho, descendiendo por esos increíbles abdominales, hasta llegar a la V de su pelvis.

— Eres hermoso.

— Soy caliente, no hermoso.

Sonreí porque ya habíamos hablado de esto. Según Aaron, los machos no eran hermosos, solo eran atractivos o con un enorme magnetismo sexual. Bueno, él poseía todo eso y mas.

Una deuda con Zeus (+16)Where stories live. Discover now