04 ℭ𝔬𝔪𝔦𝔢𝔫𝔷𝔞 𝔩𝔞 𝔦𝔫𝔳𝔢𝔰𝔱𝔦𝔤𝔞𝔠𝔦𝔬́𝔫

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Ambos tienen el cabello revuelto y las mejillas encendidas, sin hablar de las respiraciones aceleradas, parecen locomotoras, subiendo una empinada montaña. La blusa de Debbs está toda estrujada y en los pantalones de mi amigo es muy notable la casa de campaña. Pero aún así solo dicen :

—Solo somos amigos. —Respondieron al unísono.

Ahora es a mi a quien mi  padre dedica su mirada acusatoria con los brazos cruzados, su mueca de confusión mezclada con asco debía ser un sticker de WhatsApp

—Osea que tú y Déborah también...

—¡No!—Prácticamente grito y luego susurro, temiendo a que por alguna razón Betty hubiese sido capaz de escuchar semejante locura saliendo de los labios de mi progenitor —Lo de ellos es diferente... —Mi móvil comienza a sonar y la pantalla se ilumina con el rostro de mi novia. —Chicos expliquenselo mientras yo me ocupo de Betty.

Esa será mi venganza por su falta de ayuda con el asunto de mi novia.

Me monto en el Jeep y me apresuro a salir de la casa, riendome internamente de lo incómodos que mi padre ha de estar poniendo a los dos cabezotas que tengo por mejores amigos.

No tengo que avanzar ir muy lejos de mi casa, ya que me encuentro con una Elizabeth luciendo enojada muy enojada. Con su coche detenido a mitad de camino.

Definitivamente le falta un tornillo ¿Cómo se le ocurre salir del coche en una carretera tan apartada ?

Debo admitir que hasta enojada es hermosa, lleva una blusa rosada y una falda un poco más oscura, su cabello, bastante despeinado, esta suelto moviéndose con el viento y sus ojos azules con clara molestia en ellos, están fijos en mi.  Y ni hablar de su estrabagante maquillaje copiado de la serie Euphoria.

Dios me ampare.

—Juro que no he hecho nada. —Es lo primero que digo al abrir la puerta del Jeep para que suba—Soy inocente de cualquier pecado.

Por más que traté de bromear ella no sonríe y solo me mira con una ceja levantada y los brazos cruzados resaltando sus generosos pechos —Ignorar a tu novia, no es suficiente.

—No te estaba ignorando. —Me defiendo mientras ella sube al coche y me da un suave beso en los labios. —Solo... solo.... estaba  cambiándome de ropa.

Eso mientele a tu novia que parece un detector de mentiras andante .

Ella me mira de arriba abajo con desconfianza, regalándome una de sus muy famosas miradas despectivas. —Estás raro. —Parece pensativa. —¿Viste algo ayer cuando te fuiste de pesca? Mi hermano me dijo que cuando subiste al barco estabas medio mudo.

Okey, sabía que Elizabeth tenía un sexto sentido para las mentiras y engaños, pero sinceramente esto le acaba de tomar por sorpresa, o bien su sexto sentido mutó o bien algo la hizo sospechar. Porque fue como una daga directa al cuello.

—¿Porque preguntas? —Tomo su mano con la libre para tratar de disipar la duda, me entre tengo acariciando la rara piedra que adorna su anillo, es verde brillante justo como.... Las escamas de la sirena.

Oh dios.

—Mi hermano me dijo que ayer luego que saliste algo raro, ya te dije, que no eras capaz de mirarlo a los ojos—Se encoje de hombros sacando un caramelo de su bolso. —Pensó que habías visto algo malo y quiere que descubra que es. —Sonríe hacia mi metiéndose el caramelo en la boca, definitivamente quiere distraerme —Le dije que dejara el misterio, que seguro te molestare por ver las mallas ilegales de pesca, que eras muy fan al fondo marino.

Pongo mi mejor cara de niño bueno, que no es muy difícil pues llevo años perfeccionándola y entrelazo nuestros dedos.

—Fue eso —Hago una mueca —Betty sabes que he crecido básicamente en el mar y sus criaturas son importantes para mí...por favor no me pidas ir nuevamente con tu hermano de pesca porque no lo haré, no pienso meterme en sus asuntos por ti , pero no quiero estar cerca de él.

Canción de Mar ©✔ Where stories live. Discover now