Lección 50

3.2K 614 739
                                    

Final: cómo romper un corazón.

YoonGi bostezó en grande cuando entró a su casa, JiMin venía detrás de él con una sonrisa de oreja a oreja y daba un par de saltitos con alegría. Ellos habían estado celebrando como podían hacerlo un grupo de adultos con un niño y un robot, pero había sido suficientemente cansado como para que YoonGi quisiera ir a acostarse pese a que no eran ni las diez de la noche, quizás era mentalmente más viejo de lo que lo eran sus amigos.

Ambos se quitaron las pesadas ropas y se pusieron su pijama, sabían que no iban a salir más en la noche y YoonGi quería acurrucarse con JiMin en el sofá, así que le pidió que encendiera la televisión y buscó algo para comer mientras tanto.

JiMin usaba el suéter rosa que parecía ser su favorito y luego de colocar un canal en el que sabía que daban el dorama que le gustaba a YoonGi, se giró para mirarlo. El hombre tarareaba una canción mientras sacaba un bowl y lo dejaba sobre la isla de la cocina, había decidido hacer palomitas.

—YoonGi —escuchó al otro llamarlo y se giró, encontrándose con el lindo rubio del que estaba enamorado. Le sonrió y JiMin se sentó en el sofá con sus piernas cruzadas, luciendo como un niño inocente—. ¿Si ese hombre te contrata en su empresa significa que vas a poder cumplir tu sueño? —preguntó, sus ojos prácticamente brillando en entusiasmo y YoonGi sintió sus propias mejillas un poco más calientes.

El pelinegro cerró los estantes y abrió su boca, pero no estaba seguro de qué explicar primero. JiMin lucía siempre como un niño pequeño emocionado, inocente y dulce, así que él se sentía obligado a ser lo más comprensivo posible y mejor explicativo que pudiera. Pese a que fue algo que no notó al comienzo del experimento, ahora se arrepentía de haber largado a JiMin lejos los primeros días de su estadía.

—Bueno... no lo sé, no creo que sí o sí me vaya a contratar, es decir... —comenzó a divagar, nervioso por hacerse ideas demasiado repentinas sobre lo que había sucedido y se acercó un par de pasos al sofá, viendo como JiMin se veía cada vez más curioso—. Tengo que hacer una entrevista y enseñarle lo que hago, no es como que ahora sí tengo un trabajo, sólo... Tengo una oportunidad —se encogió de hombros, no queriendo darle más vueltas de las que sabía que le daría cuando fuera a dormir.

—Oh... seguro le gustará lo que puedes hacer —le sonrió, apoyándolo con buena energía y YoonGi no pudo evitar sonreír igualmente—. Eres muy talentoso —halagó y YoonGi sintió el calor subir a su rostro.

—Gracias...

—Además, ahora estás buscando oportunidades y quieres lograr más cosas que las que habías estado buscando cuando yo llegué aquí —señaló—, eso es grandioso —le dijo y YoonGi estuvo de acuerdo, aunque no estaba seguro de que eso fuera completamente mérito propio.

—Honestamente, tú has sido lo único que me sigue impulsando a seguir —confesó, inclinándose hacia el sofá para sentarse frente a JiMin y cuando este formó una mueca de no entender lo que decía, él continuó—. Me has ayudado mucho, me has apoyado en cada una de las cosas que han sucedido a lo largo de estos meses, y estoy infinitamente agradecido contigo —dijo, tomando su cintura.

Otra vez tenían las piernas cruzadas sobre las otras en el sofá, tan cerca del otro que podían sentir el calor ajeno. YoonGi amaba esa posición tanto como estar sobre el pecho de JiMin y acarició la cintura ajena con la punta de sus dedos.

—"Infinitamente" es mucho... —comentó sorprendido y YoonGi rió.

—Lo es —admitió, levantando su mano y colocándola sobre la mejilla de JiMin con cariño. Sus propios ojos se sentían brillar y su corazón latía con amor, quería congelar ese momento y mantenerse así para siempre—. Aunque incluso siendo así... no llega tan lejos como lo mucho que te quiero —dijo torpemente, riendo un poco al final de la cursi oración.

How To Train Your Robot | myg + pjmWhere stories live. Discover now