Capítulo 7 - ¿El Duque?

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De repente la atmosfera en la habitación se había vuelto bastante cálida, ya sea porque en comparación a afuera cualquier lugar bajo techo sería mejor que morir de frio, o por la tierna escena que todos los hermanos e Ethan presenciaban. Cuando Ethan llegó al pueblo pensó que solo se encontraría con monstruos que quisieran matarlo, y así fue, todos en algún momento quisieron matarlo, pero lo que Ethan nunca pensó es que dentro de aquellos monstruos vería algo de humanidad, el mejor lado de esta, el amor fraternal, es cierto que muchos animales tienen ese instinto de querer proteger a sus crías, aun si esto les cuesta la vida, pero es solo el ser humano quien tiene la capacidad de decirlo y demostrarlo. Lo que Ethan tenía en frente era sin duda algo conmovedor. Al menos así lo veía Ethan, Dona se estaba limpiando las lágrimas con pañuelo debajo de su velo, aun cuando lo había levantado un poco era imposible distinguir algo. Heisenberg por otra parte trataba de desviar la mirada, aquella escena le generaba algo de incomodidad, amor fraternal, era algo que no había experimentado en mucho tiempo, recuerdos de su verdadera madre venían a él, aunque algo dura, siempre le mostró cariño junto con una genuina preocupación por su bienestar, y cuando murió, una parte del murió con ella. Parte de su gran odio hacia Madre Miranda se debía a su mismo nombre, Heisenberg consideraba que referirse a ella como Madre, seria manchar todos aquellos buenos recuerdos que él tenía con la suya, Heisenberg odiaba a Miranda porque era todo lo que su madre no era, despiadada, egoísta, cruel. Ver a Alcina abrazando a sus hijas lo hacía sentir miserable, solo.

- Gracias niñas, por revelarme sus verdaderos sentimientos. – Alcina posó una mano sobre cada una de sus hijas mientras les hablaba con el más fino tacto. – Tienes razón, no puedo seguir ocultándome, somos lo último que queda del legado Dimitrescu, y solo yo puedo volver a poner ese nombre en lo más alto donde pertenece.

Las tres hijas de Alcina miraban a su madre con una sonrisa de oreja a oreja, cada palabra que oían sin duda las conmovía. Ellas amaban a su madre más que a nada, y aunque habían dicho que no tenían oportunidad de pelear con Madre Miranda, todavía tenían ese sentimiento de querer ayudar de alguna forma, o al menos era en lo que Bela, la mayor de las hijas, pensaba.

- Madre. – Bela levanto la mirada tímidamente hacia su madre. – Sé que dijimos que nosotras no tendríamos oportunidad contra Madre Miranda, pero eso no quiere decir que no podamos ayudarte de otras formas ¿verdad?

- Eso es cierto. – Heisenberg al ver que la conversación se había dirigido a un terreno del que tenía mayor interés decidió decir unirse.

- Heisenberg, mis hijas no se pondrán en peligro.

- De por sí ya estamos todos en peligro y lo que dijo Bela es bastante bueno. No digo que el que ellas salgan a pelear sea buena idea, para nada, tres de mis soldados serían suficientes para suplir a una de ellas, pero si les encargara algún otro trabajo que requiera más inteligencia-

- ¡Definitivamente no! No voy a permitir que estén a menos de quinientos metros cerca de Madre Miranda.

- Talvez puedan.

- ¿Eh?

- ¿Cómo dices?

Quien había puesto esa duda sobre la mesa, era Ethan. Todos miraron al hombre con ojos expectantes, Heisenberg sabía que más ayuda siempre era buena, pero en ese momento no sabía cómo podrían hacer algo las hijas de Alcina. La misma Alcina por otro lado, aun se encontraba reacia a la idea de ver a sus hijas involucradas en esto más de lo necesario, pero no podía negar que le generaba mucha curiosidad que era lo que Ethan tenía que decir.

- Ethan ¿A qué te refieres? – Alcina se separó de sus hijas y se acercó a Ethan, quien se encontraba parado junto a la cama.

-Quiero decir que... Esto es solo una vaga idea ¿De acuerdo? No es algo definitivo, pero...

No Dan Tanto MiedoWhere stories live. Discover now