Capítulo 6 - Una Oportunidad

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En un lúgubre castillo poco iluminado, habitado solo por quienes los más confundidos llamarían monstruos, se encontraba durmiendo un forastero. Cualquiera que lo viera pensaría que había sufrido un accidente y lo más recomendable seria ir al hospital, esto obviamente por sus múltiples heridas, algunas más visibles que otras. Luego de haberse enfrentado a las criaturas que merodeaban afuera, Ethan milagrosamente había logrado llegar vivo al castillo. La que pensó que sería su verdugo, terminó siendo una gran aliada que lo llevaría hacia una oportunidad, una oportunidad de rescatar lo más valioso para él. Luego de enterarse de la muerte de su mujer, Ethan sintió que las fuerzas lo abandonaban, por un segundo pensó en dejarse comer por las criaturas que invadieron el pueblo, así la pesadilla acabaría. Pero ese pensamiento desapareció al instante, Ethan no sabía si fue coincidencia o no, pero en el momento en que esa bella mujer intento reconfortarlo, Ethan había recuperado la esperanza, era como si su sonrisa hubiera sido la luz que le mostraba la salida de un abismo lleno de pesimismo y derrota. Ethan no se rendiría, esos pensamientos no cruzarían su mente nunca más, él se hizo esa promesa así mismo, y a su difunda esposa.

- ¡Oye!

Una peculiar voz se escuchaba a lo lejos. Ethan no veía nada, solo escuchó ese sonido que no pudo diferenciar si venia una chica o un niño.

- ¡Oye! ¡Tú!

Poco a poco esa voz se hacía más clara. ¿Quién lo llamaba? Ethan sentía una gran pesadez, no quería oír esa voz. Como si fuera un viejo televisor, lentamente Ethan empezó a encender, aunque la luz de la habitación no era muy fuerte, Ethan se mostraba reacio a abrir los ojos.

- ¡Despierta grandulón! Esto no es un hotel...Creo. – La voz expresaba duda. – ¿Oye Alcina esto es un hotel?

- ¡Por supuesto que no! – respondió rápidamente la otra voz.

Ethan reconoció esa voz, pero había algo que le había llamado más la atención. "Hotel". El cerebro de Ethan finalmente empezó a trabajar como el de un ser humano y se hizo una pregunta. "¿Dónde estoy?".

Pasó solo un segundo para que Ethan despertara finalmente, dejándolo más que claro al soltar un grito que dejó a todos en la habitación sorprendidos.

-¡¡¡ROSE!!!

Ethan saltó de la cama y puso su mano en su cintura, listo para sacar su arma si debía. Tristemente la escena frente a él le era sorprendentemente familiar. Talvez había sido la esperanza de que todo lo vivido anteriormente allá sido una horrible pesadilla, lo que hizo que Ethan se lamentara un poco. "Cierto". Pensó

Frente a Ethan se encontraba aquella enorme mujer que se había ganado su confianza, Alcina Dimitrescu. A su lado, y casi afuera de la habitación se encontraba ese hombre que Ethan veía como su mayor oportunidad de rescatar a Rose, Karl Heisenberg. A pesar de reconocer a las dos personas que tenía al frente, en la mente de Ethan, aún tenía esa voz en su cabeza, aquella que había sido lo primero que escuchó cuando se despertaba. Era demasiado aguda para provenir de Alcina, quien siempre tenía un tono elegante, definitivamente no era de Heisenberg. Al ser un cuarto no muy iluminado, había ciertas zonas que se perdían en las sombras, ya sea por algunos muebles o personas. La visión de Ethan empezó a aclararse debido a que hace poco estaba durmiendo, sus ojos aun no podían distinguir cada cosa con claridad, se pasó la mano por los ojos como un acto de reflejo hasta que finalmente se sentía más que despierto.

Justo cuando iba a preguntarle a Alcina de quien era la voz que había escuchado, algo llamó la atención de Ethan en la habitación, debido a la gran altura de la mujer del vestido blanco, la luz proyectada en el lado izquierdo de su cuerpo formaba una gran sombra en una esquina, justo donde estaba su tocador.

No Dan Tanto MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora