𝔼𝕣𝕠𝕥𝕚𝕔 ℙ𝕝𝕒𝕔𝕖

Yuji Itadori

Basoexia:Comportamiento sexual cuya fuente principal de placer se encuentra en besar y ser besado.

Picos:En Colombia es como un beso muy corto y suave, apenas un toque.

La sonrisa en la joven mujer era imperturbable. Su día era más brillante que otros, a pesar de que el cielo estaba sumergido en nubes grises y tormentosas que amenazaban con arruinar el día. A pesar de eso, ella permanecía pegando saltos pequeños.

¿Por qué estaba ella tan feliz?

¿Había pasado al excepción mente bueno ese día?

La respuesta era si, el por qué, bueno, era una razón corta pero que podía ser risible.
Estaba tan feliz de saber algo que le gustaba a su novio.

Yuji era un alma de Dios, un chico lindo, atractivo, fuerte y un ser de amor. No había nadie que conociera más bueno y agradable que su novio, amable con todos sin excepciones. La brillante aura que Itadori mostraba, también era parte de ella, tan bueno y sincero, Itadori siempre se esforzaba en no hacerla sentir incómoda.

Y eso era molestó.

Su lindo novio no solo no le contaba las cosas que a él le incomodaban, a veces tampoco le contaba las cosas que le gustaban y muchas veces ella tenía que descubrirlo. Por supuesto, ella no adelantaba las cosas, no ejercía presión sobre su curiosidad, porque sabía de sobra que podría equivocarse en muchas cosas.

A pesar de que ya llevaban seis meses de noviazgo y ya habían intimado, habían ciertos problemas en la cama que no le dejaban aflorar al cien por cien esa relación. Habían noches en las que quedaba insatisfecha y no por no haber llegado al clímax, Itadori se esforzaba en que ella llegará, pero el no llegaba en muchas ocaciones.
Se cuestionaba el porque, si el orgasmo masculino era más fácil de alcanzar que el femenino ¿Por qué Itadori no podía correrse? ¿Es que ella no le gustaba? Solo pensar en eso, hería profundamente su orgullo de mujer, porque se sentía poca cosa si su novio no la disfrutaba tanto como ella a el.

Había estado probando todo tipo de cosas que no hicieran sentir incómodo a su novio, muchas eran tan casuales que no podía ni notarlas, habían sido semanas de intentos fallidos, pero las últimas dos veces tuvo un éxito rotundo.