Roronoa Zoro

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El tiempo había transcurrido. No sabía cuando es que había crecido tan rápido, pero estaba muy segura de que lo primero que debía hacer era conseguir un buen trabajo.

Desde muy pequeña, fue adepta a cuidar de su hermano mayor, un deportista nato que siempre llegaba con magullones por todo el cuerpo y dolencias hasta en las muelas. Ella, quien quería demostrarle su amor incondicional, se volvió experta en los masajes para que su hermano dejara de sufrir por esos terribles dolores musculares que le recorrían todo el cuerpo.

Videos, blogs, libros y cientos y cientos de investigaciones con respecto al cuerpo humano y el cuerpo de un deportista, no le fue difícil volverse bastante habilidosa con las manos.

Al crecer, se encontró con que, en realidad sus aspiraciones terminaban en masomenos nada. Se había ganado el repudio de su hermano debido a su inconformidad con el matrimonio de su madre y eventualmente fue echada de casa apenas cumplió los dieciocho.

Encontró asilo en la casa de algunos conocidos, trabajo de mesera y logro alquilar un lugar modesto en una zona algo alejada de la ciudad. Cuando pensó que terminaría sirviendo frappé toda su vida, le llegó a ella una oportunidad de trabajo como masajista para deportistas. Era una gran oportunidad, pues ella quien había logrado manejar varias técnicas exclusivas para el cuerpo de los deportistas, no le fue difícil adaptarse a ese trabajo.

Paso tiempo, bastante tiempo en el que estuvo en sus prácticas y finalmente se aventuró a conocer los cuerpos de deportistas no muy conocidos hasta finalmente llegar a uno de los lugares más concurridos por los deportistas a la hora de ir a tratar sus cuerpos. De ese modo y aunque era joven, probablemente era de las personas que más clientes tenía al día.

No solo era que sus manos eran como las majestuosas manos de un Dios, también entraba el hecho de que era bastante pertinente. Hablaba cuando debía hacer y se callaba cuando devia hacerlo. No intentaba entablar conversación con ninguno de sus clientes más allá de preguntar las zonas del dolor y los productos que estaría aplicando. Sabía bien que la mayoría de sus clientes estaban frustrados o estresados, a la hora del masaje solo querían permanecer en tranquilidad la mayoría del tiempo posible.

Así que veía a estos deportistas cada cierto tiempo para un masaje pasajero, algunas veces no los volvía a ver porque la gran mayoría siquiera vivían en la misma ciudad, sin embarco este hombre parecía ir rutinariamente a sus masajes. Zoro Roronoa, de piel acaramelada y complexión dura finamente detallada, cabello de color verdoso y muy corto y de voz casi que rasposa cómo el gorgoteo de un león. Iba cada viernes en la tarde para hacerse un masaje de tipo recuperativo, un masaje que no buscaba precisamente la relajación, sino más bien prevenir la tensión de los músculos a la hora de hacer ejercicios demasiado atrevidos.

Sus manos viajaban cada tarde por los tonificados músculos, las piernas firmes y terminaban en un baño de pomada de caléndula para mantener el cuerpo caliente. Zoro no hablaba mucho, a veces podría soltar algunas quejas cuando sus pulgares hacían presión en una zona de dolor, sin embargo estos quejidos eran casi como un pequeño zumbido.

Lo que sabía hasta ahora de Zoro es que era un habilidoso deportista del Kendo. Un deporte que ejercía gran esfuerzo sobre cada pequeño músculo del cuerpo, prácticamente se debía tener una perfecta condición física para practicarlo. Recientemente su nombre sonaba mucho por la sociedad interna deportista, era un japonés que había alcanzado gran estatus gracias a sus complejas técnicas y sin embargo no era demasiado una estrella pública a voluntad. Tal vez era por su arisca forma de ser, no era muy amable con los medios de comunicación ni con los fans insistentes, probablemente no le gustaba el ojo público pero su sueño de ser el mejor en el arte del Kendo, acarreaba consigo la responsabilidad de la fama.
Incluso aunque leía los artículos de los periódicos y justo unos momentos después este hombre entraba por la puerta de su zona de trabajo, no podía realmente saber en qué estaba pensando.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2023 ⏰

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