Capítulo 13.

Começar do início
                                    

—Noah...

—"Oh miren quien viene ahí, la maldita zorra araña se acostó con Joshua"

—Noah, por favor para...

¡"La maldita zorra araña necesita una buena follada para que deje de abrir tanto las piernas"! ¿Te acuerdas de quien desmintió todo rumor que se hizo sobre mí? Aunque ni me conocía ese chico hizo callar a todo el instituto sin saber si era cierto o no.

—Lo siento Noah, no sé por qué dije eso sobre tu amiga. Estoy estresado por no poder entender esta puta materia.

—A veces creo que el chico del que me enamore se quedó en Nueva York, mi Josh no diría algo como eso. —deje salir todo el rencor y el dolor que me había causado durante todo ese tiempo.

—Cariño lo siento ¿podemos dejar de pelearnos? Siento que estas últimas semanas es lo único que hemos hecho y te extraño. Sé que ambos estamos estresados por los exámenes finales pero quiero estar bien. Por favor Ainhoa.

Cerré los ojos controlando mi temperamento que me pedía a gritos que lanzara el móvil hacia otro lugar, que le digiera de todo y nada.

—Está bien, es solo que he visto como Lex sufre cada vez que escucha su nombre en susurros, lo sé por qué así me sentí aquella vez Josh, y que tú lo digieras de esa manera... fue como que a la vez me juzgarías a mí también por ser la comidilla. Tú me defendiste esa vez.

—No sé qué me paso. —suspire. Mi dolor de cabeza había aumentado— oye tengo que volver a estudiar, literatura inglesa me tiene hasta los cojones. Te quiero Noah, descansa.

—Descansa —y colgó.

Me quede mirando unos minutos de más el móvil en mis manos. Pensé ¿alguna vez mi novio me escuchaba? Yo estudiaba filología inglesa, por ende me sabía todo lo que le estarán pasando a el por qué literatura era materia pasada para mí. Yo podía ayudarlo a entender, y no me lo había pedido.

Por un momento, solo por unos instantes considere irme de aquí, volver a Nueva York una temporada y congelar la carrera. Pero fue por él, por ella y por ellos que no lo pensé demasiado, no cuando ellos pensaban en mí, cuando consideraban que mi opinión era importante.

Nunca pensé sentirme así por tantas personas.

No me quedaba de otra que poner una peli y comer galletitas saladas con agua. Pero el... siempre él tenía que desmoronarlo todo y moldearlo de una manera más bonita, sencilla y mágica.

Estaba ya por terminar la peli cuando escuche que tocaron la puerta. Su sonrisa ancha despreocupada, su postura desenfadada, sus ojos brillando como cuando cometía travesuras me dieron de lleno. Está arreglado con sus mejores prendas, estaba tan guapo que me sentí horrible a su lado.

—¿Nos vamos de fiesta? —pregunto ansioso frotando sus manos sonriéndome. Me volví loca cuando repaso sus ojos por todo mi cuerpo. Casi sentí esa cosa en el vientre como cuando nos emborrachamos en su casa.

—Claro que sí.


Liam.

Se mueve, vaya que si se mueve con agilidad. Nunca había visto a una chica arreglarse en menos de diez minutos, no es que se haya hecho la gran cosa, busco en sus cajones con el labio entre los dientes. Se vistió con el único vestido que tenía, que era de verdad malo para la salud.

Joder, me daba frio tan solo verla.

Desato tu coleta y se peinó con los dedos antes de maquillarse un poco los ojos y ponerse brillo labial. Se veía tan chistosa con ese vestido tan sexy y converse negras.

Sedúceme como quieras #2 ©Onde histórias criam vida. Descubra agora