IX

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Estuvimos como unas dos horas repasando y charlando. Y de vez en cuando Tom me iba dando consejos sobre lo que debía hacer o no.

"Y ahora la escena maldita." Resoplé mirando al guion.

"Venga, seguro que no es para tanto." Le miré alzando ambas cejas y él medio rió.
"Ven, siéntate. Quiero contarte algo que me pasó cuando estaba aún en la universidad."

Me senté a su lado y comenzó a hablar. Me contó que cuando estaba estudiando en la universidad estuvo participando en varias obras de teatro. En una de ellas debía besar a la chica, pero le daba demasiado corte. Al darse cuenta su profesor, al ver que una amiga suya estaba allí porque fue a verle ensayar le dijo, "Si puedes besarla a ella y no sentir nada puedes besar a la protagonista de la obra", a esto que su amiga le dijo que lo hiciera, para que viera que su profesor tenía razón.

¿Funcionó? En este caso no porque se dio cuenta de que su amiga realmente le gustaba.

Reí un poco ante el desenlace de su historia y él me imitó.

"En fin, lo que quiero decir es que no hay nada malo en que te de corte, por así llamarlo, besar a Michael. Tan solo necesitas darte cuenta de que no es tan malo como parece."

"¿Y qué se supone que tengo que hacer? Que yo sepa Laura no está aquí." Comenté con tono divertido. Tom se echó a reír.

"Sí, que pena." Respondió con tono de burla. "No tienes a Laura, pero me tienes a mí. Yo soy tu amigo, ¿no?" Dijo mientras se ponía de pie frente a mí y me tendía su mano para levantarme.

"¿Perdona?" Mi pregunta sonó como si estuviera ofendida. "O sea, a ver, no me malinterpretes. Pero... no sé... yo..."

"Amanda Grace Dwight, dame la mano ahora mismo. No voy a permitir que Alan acabe sin dirigirte la palabra." Dijo con tono imponente y respirando hondo hice lo que me dijo.

"Bien, ¿y ahora qué?"

"Interpreta como de costumbre, tú eres Julieta y yo soy Romeo, no existen ni Tom ni Amanda. ¿Entendido?" Asentí y cerré los ojos. Respiré varias veces y me metí en el personaje. Cuando abrí los ojos, Tom me miraba con ternura, bueno, mejor dicho, 'Romeo'.

"Si con mi mano, por demás indigna profano este santo relicario, he aquí la gentil expiación: Mis labios, como dos ruborosos peregrinos, están prontos, están prontos a suavizar con un tierno beso tan rudo contacto." Recitó mientras tomaba mi mano.

"El peregrino ha errado la senda aunque parece devoto. El palmero sólo ha de besar manos de santo." Respondí.

"Pues oídme serena mientras mis labios rezan, y los vuestros me purifican." Dicho esto puso su mano sobre mi mejilla y un escalofrío recorrió mi espalda. Clavó su mirada en la mía, y yo me perdí en el azul de sus ojos. Segundos después sus suaves y fríos labios se posaron sobre los míos con delicadeza. El tiempo se paró y todo lo que nos rodeaba desapareció. Finalizó el beso, antes de lo que me habría gustado, a decir verdad. Y ahora me tocaba hablar a mí, e hice todo lo que pude para que mi tono de voz sonara decente.

"En mis labios queda la marca de vuestro pecado." Finalmente encontré mi voz y pude hablar mientras le daba la espalda y miraba al suelo. Mi voz sonó como un murmullo.

"¿Del pecado de mis labios?" Preguntó mientras se ponía frente a mi haciéndome quedarme mirando su pecho. "Ellos se arrepentirán con otro beso." Me hizo alzar la vista poniendo su mano bajo mi barbilla. Y funcionó. Me volvió a besar, pero esta vez era como si todo dependiera de ello. Como si en cuanto acabáramos me fuera y no volviera. Sus manos enmarcaban mi rostro y acariciaban mis mejillas mientras las mías reposaban sobre su pecho.

Lentamente nos separamos el uno del otro y yo cerré los ojos mientras respiraba hondo.

"¿Ves?" Preguntó haciendo que le mirara. "No ha sido para tanto. ¿O sí?"

"Queee vaaa" pensé.

"No... no lo ha sido." Medio murmuré.

La siguiente hora estuve bastante ausente y decidimos dejarlo. A demás, Tom debía ir a hablar con Luke y yo quería estar algo de tiempo sola, antes de actuar. Tom se fue y veinte minutos después los demás actores fueron llegando. Volví a mi camerino comencé a prepararme a pesar de que me quedaba tiempo por delante. Los minutos pasaban, pero mi mene seguía en otro lado, pensando en cualquier cosa menos la obra.

Mi móvil empezó a sonar, al mirar la pantalla vi que se trataba de mi padre.

"¡Papá!" Respondí de inmediato.

"Amanda, cariño, ¿qué tal estás?" Su voz sonaba alegre pero nostálgica. Hacía casi un año desde la última vez que le vi.

"Muy bien papá, a punto de salir a escena."

"Que orgulloso estoy de ti cielo, te echamos mucho de menos por aquí."

La tristeza volvió a mí

"En cuanto pueda voy a veros, si lo pensamos bien, Madrid y Londres están al ladito." Él soltó una carcajada y una sonrisa se dibujó en mi cara.

"Pues más te vale jovencita, que nos tienes abandonados."

"Papá, te tengo que colgar que salgo dentro de un ratito, en cuanto pueda de llamo de inmediato ¿sí?"

"Claro cielo, y recuerda, ¡mucha mierda!" Soltó una carcajada y finalizó la llamada. Dejé el teléfono sobre la mesa y cerré los ojos.

Respiré hondo varias veces y cuando quise darme cuenta Laura estaba entrando, medio gritando y abrazándome.

"Mucha mierda Mandy." Dijo con una sonrisa mientras nos mirábamos en el reflejo del espejo. Yo asentí y ella se fue.

Maquillaje y peinado. Listo

Vestuario. Listo.

Respiré hondo y me dirigí al escenario. Era la hora.

Al subir al escenario vi a Tom y a Laura sentados en la primera fila y conseguí quitarme parte de los nervios que llevaba acumulados. Aunque algo me hacía sentir culpable, y no sabía qué era.

[EN PROCESO DE EDICIÓN] Where's Your Romeo, Juliet? {Tom Hiddleston} #1Where stories live. Discover now