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"Entonces, ¿cómo está tu novio?" Miro hacia arriba y veo a Lydia caminar hacia mí.
"¿Que novio?" Le pregunto y abro mi casillero para agarrar mi libro de biología.
"El chico con el que estabas hablando en mi fiesta."
"¿Te refieres a Stiles?" Le pregunto.
"¿Quién es Stiles? Me refiero a ese chico sexy con chaqueta de cuero." Gimo y cierro mi casillero.
"Ese es mi primo, Derek."
"Hmm, está caliente."
"Sí, me han dicho eso antes." Pongo los ojos en blanco.
"Entonces, ¿te gusta alguien? Es importante para tu reputación salir con alguien." Ella me sonríe.
"Oh, no. No estoy realmente interesada en salir con alguien." Le dije a ella.
"Oh, vamos, siempre podrías divertirte un poco. ¿Alguna vez has tenido una relación antes?" Me pregunta ella.
Asiento con la cabeza. "Dos veces."
"Háblame de tus ex's."
"Yo ... Está bien, el nombre de mi primer novio era Darren." Le digo.
"Darren, ¿por qué rompisteis?"
"Él engañó." Me apoyo en los casilleros.
"Oh. ¿Y tu segundo novio?" Me quedo callada.
"¿O ... novia?" Lydia lo intenta.
"Si." Agarro mi bolso. "Tengo que irme." Rápidamente me alejo, sin querer recordar mi pasado.
"Oye, está bien." Lydia me agarra del brazo. "¿Cómo se llamaba ella?" Siento que mi corazón comienza a latir más rápido y mi mente comienza a entrar en pánico. Probablemente soy una de las únicas hombres lobo con ataques de pánico. "¿Silver?" Escucho su voz. Dos manos suaves me tiran en un salón de clases.
"Oye, respira." Cierro los ojos y respiro hondo. Los abro de nuevo y miro los verdes de Lydia. "¿Estás bien?" Me pregunta ella. "¿Fue tan difícil la ruptura?" Suspiro, nunca podré contarle la verdadera historia. Sobre lo que realmente pasó.
"Si, supongo."
"¿Cómo se llamaba ella?" Ella me pregunta de nuevo.
"Sara". Le dije a ella. "Mira, realmente necesito ir a clase." Torpemente le doy una palmada en el hombro y salgo corriendo del aula que comienza a llenarse de estudiantes.
"¡¿Eh! A dónde vas?!" Escucho una voz adulta que me detiene cuando estoy a punto de salir. "¡Vete a clase!" Cierro los ojos, sé que ahora son de un azul brillante. "Jovencita, te estoy hablando." Su voz suena muy lejana y siento que mis garras se clavan en mi piel. "¡Oye!" Me doy la vuelta y veo al entrenador, mis ojos cambiaron de nuevo al color original. "¿Estás bien?" Rápidamente limpio la lágrima de mi mejilla.
