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El día del cumpleaños de Minseok había llegado, Baekhyun no podía estar más emocionado. Tuvo que insistirle a su novio para que lo deje ir, y este terminó cediendo con la condición de que no salgan de la casa y que él llevaría y traería de vuelta a su novio.

El bajito aceptó, era mejor eso que nada.

Por eso, a las 19 pm ya se encontraba tocando el timbre de la casa de su amigo ojitos de gato.

No les cabía la felicidad en el cuerpo, se extrañaron demasiado. Después de compartir un largo pero sentimental abrazo ya se encontraban charlando dentro de la casa.

-¿Irás así?- preguntó su amigo, mirando su sudadera holgada y unos jeans algo gastados, pregunta que confundió a Baekhyun.

-¿Ir? ¿A dónde?

-Pues a la discoteca, no creas que voy a festejar mis dos décadas encerrado en mi casa.

-Oh… yo creí…-dijo algo cabizbajo- quizás deba decirle a Taewoo que me recoja, fue bueno verte Minseok.

-¡Oye, oye! ¿Por qué no vienes? Puedo prestarte ropa, la pasaremos fenomenal.

-Hmm, no lo sé, le dije a Taewoo que…

-Pues mándale un mensaje avisando que hubo un cambio de planes y te quedas a dormir.

-Es que… no sé, nunca le he mentido y además nunca he ido a una discoteca.

-Pues siempre hay una primera vez para todo- dijo con una gran sonrisa.

-Está bien, tú ganas- dijo derrotado.

-¡Genial, juro que no te arrepentirás!

.

Eran las 10.30 pm, estaban esperando para poder ingresar a la discoteca, la música y la vibración de esta podría escucharse y sentirse desde fuera.

Cuando le envío a Taewoo un mensaje avisando que la reunión se había convertido en una noche de películas y pijamas “mientras se ponían al día” este le respondió que le enviara fotos cada dos horas. Baekhyun claramente se cagó y casi abandona el plan de la salida, pero Minseok es un puto genio, sacando fotos a la pantalla de su televisión donde se mostraban películas elegidas al azar y varias fotos de ellos donde aparentaran estar verdaderamente teniendo una pijamada.

Después de eso, su amigo lo vistió y maquilló, estaba algo incómodo, no acostumbraba a estar así y a decir verdad el pantalón ajustado que le prestó Minseok le apretaba mucho el trasero “¡No tengo la culpa de que te haya crecido tanto!” se excusó.

El ambiente una vez dentro era extraño, los olores de los alfas y los omegas se mezclaban, había personas bailando solas, acompañadas, personas bebiendo, otras parecían que se estaban succionando la cara, Dios.

No se sentía muy cómodo, por más que trataba de dejarse llevar por la música, no podía, la vergüenza y la timidez le ganaban.

-¡Oh, espérame aquí, Baek! ¡Mi amigo Luhan me está llamando, debe estar en la puerta, no tardo!

Baekhyun quería morirse, se quedó en el mismo lugar en donde estaban antes de que Minseok se fuera, en la barra, aunque un poco más tranquilo porque podía estar sentado y ya.

-Maldito Minseok, ¿Dónde se metió? Ya pasaron más de 10 minutos- dijo bajito.

En el momento que se paró del asiento y volteó para ver si podía localizar a su amigo desde su lugar, algo pasó.

A un par de metros de él se encontraba un joven, quizás dos o tres años más grande que él, muy alto, con unas orejas peculiares que sobresalían, con el cabello gris, llevando un Jean negro ajustado y una camisa del mismo color, sus hombros eran anchos y su espalda también. Quedó embelesado, y para su sorpresa, el contrario se encontraba igual.

Un escalofrío electrizante le recorrió el cuerpo, no podían dejar de mirarse. Moría por acercarse.

Unos segundos después se sintió liviano, muy liviano, y sin darse cuenta, su cuerpo solo, se dirigió al contrario, este haciendo lo mismo.

Una vez de frente, estaba más que sonrojado, no entendía que le pasaba, que les pasaba. Fue un ¿impulso? ¿instinto? No lo sabe, pero sus manos se dirigieron al cuello del más alto y lo rodearon, mientras sentía como las manos ajenas se envolvían en su cintura.

El contacto se sentía tan natural aunque no se conocieran.

Era mágico.

Y fluyó, fluyó como no lo había hecho en toda la noche, ambos danzaron aunque ya no sentían la música fuerte y todo el alboroto de personas.

Estaban cada vez más pegados, y sus labios empezaron a picar por contacto. Cuando ya no existía distancia entre sus rostros, ese beso fue… inexplicable, lo invadían tantas sensaciones y sentimientos. Entonces lo supo, él, aquel muchacho jodidamente alto al que estaba besando en medio de la pista de baile, era su pareja destinada.

F*ck your ex || Chanbaek Where stories live. Discover now