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Sehun lloraba y lloraba, su llanto era fuerte pero que más daba. No había nadie alrededor como para reprimirle.

Su querida mascota que llevaba a clase todos los días había sido brutalmente asesinada. Su bonita oruga llamada Flash había sido sacrificada por unos niños de su clase. Y el arma del crimen fueron unas tijeras.

Y por si fuera poco, el animalito que Sehun tanto había amado por una semana, había sido asesinado en su pupitre, viendo así como la sangre verde del bicho rodeaba al cuerpo que apenas se movía.

A sus siete años de edad, juraría que no había llorado tanto en su vida.

Trató de limpiar sus lágrimas con su puño, pero imposible fue porque la tristeza que sintió era más grande. Por eso, no se dio cuenta de cuando alguien pasó, jugando con una consola, por el pasillo.

El adolescente escuchó un llanto más fuerte que el videojuego de Pokémon y entonces miró confundido hacia el aula, había un niño pequeño, de cabellos negros y que se agarraba a la camisa de su uniforme mientras lloraba.

Pensó en ignorarlo, Heechul quería atrapar a ese estúpido Squirtle que se creía mejor ante su Totodile, pero no tenía el corazón suficiente como para no hacerle caso a un pequeño llorar.

Frustrado, apagó la consola y la guardó en el bolsillo interior de su uniforme, abriendo después la puerta del aula y sorprendiendo al niño.

- Eh, pequeño, ¿por qué lloras? - Dijo acercándose, metiendo sus manos en los bolsillos de la chaqueta. - ¿Por qué no estás en el recreo jugando?

El de cabellos negros lo ignoró y disimuladamente miró hacia su pupitre, así que dirigiendo su vista hacia allí, el Sunbae de Sehun con el cabello largo, rizado y anaranjado, abrió la boca entre sorprendido y asqueado. ¿Quién había matado a esa oruga ahí? A ver, que no le gustan los bichos pero si ese niño lloraba, seguro era importante para él.

- ¿Cómo te llamas?

- S-Sehun... - Susurró, limpiando ahora sí, sus lágrimas. Pues era demasiado tímido como para llorar delante de su Sunbae. - Era... era mi oruga, le faltaba poquito para hacerse mariposa.

- ¿Sí? - El mayor tomó un poco de papel y con cuidado colocó el cadáver del bicho en un frasco que había por ahí vacío, intentando no vomitar en el proceso. - ¿Sabes? Yo de ti golpearía a quien la haya asesinado o reportaría a los niños a los profesores. Y luego le haría un buen funeral al animal.

Sehun tomó con sus pequeñas manos el frasco y vio como su Sunbae añadía unas hojas de la pequeña casa que el menor había preparado para su oruga y así llevarla a clase. Ahora el cadáver partido en dos del bicho descansaba entre las hojas y flores.

- Gracias... - Murmuró con un puchero, haciendo reír a Heechul.

- De nada niño, ¿qué edad tienes? - Preguntó curioso. - ¿No tendrías que estar con tus amigos jugando?

Ante las preguntas del mayor, simplemente negó con la cabeza.

- Tengo siete años Sunbae, pero no tengo amigos... - Aunque mentalmente pensó que su hermano mayor, Chanyeol, si era su mejor amigo, no lo diría en voz alta. - Se burlan de mi por ser bajito y muy delgado. ¡Pero no es mi culpa!

Heechul asintió con la cabeza, pensativo. Una idea cruzó por su cabeza y entonces le extendió la mano al Sehun de siete años.

- Yo soy Kim Heechul, tengo 17 años y... me encantan los videojuegos. - Soltó una carcajada que hizo al menor relajarse, así que tomó con cuidado su mano. - Venga, vamos a un lugar bonito que conozco aquí en la escuela para enterrar a tu oruga. ¿Cómo se llama?

Rest - SeHo | HunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora