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- Hoy por la tarde vamos a ir a buscar a Vivi y Monsieur al hotel canino, luego volveremos, los dejaremos en casa e iremos a nuestra cita. ¿De acuerdo, Myeon?

El menor sonrió y asintió para luego sorber su nariz. Esa noche había tenido una pesadilla y lloró mucho, por suerte Sehun lo había despertado por la madrugada y desde entonces se quedaron hablando de simples tonterías que pasaban por la mente de ambos.

- Voy a preparar el desayuno, tú puedes ir bañandote si quieres. - Se levantó de la gran cama en la que estaban sentados, alejándose un poco del menor que lo miraba con una pequeña sonrisa.

Caminó en pijama hasta la cocina y empezó a buscar los ingredientes necesarios para hacer pancakes, Junmyeon esa noche le había comentado que le gustaban muchos pero desde hacía seis años no los probaba.

Preparó los ingredientes e hizo la mezcla, sonriendo cuando el primer pancake quedó bien, esponjoso y dulce.

Para entonces, Junmyeon ya había salido de la ducha y tenía sus cabellos negros cayendo por su frente, haciendo que gotas pasaran por su rostro hecho por los mismos dioses.

- ¡Que bien huele! - Dijo feliz, con una bonita sonrisa en su rostro y aplaudiendo emocionado.

Comieron felices, el televisor mostraba uno de esos programas de variedades que a Junmyeon le encantaban, habían decorado los pancakes con chocolate, algunos con nubes y otros con fideos de colores.

Sehun amaba el dulce pero era partidario de llenar los pancakes con mucha nata y fresas.

Realmente era uno de esos días en los que simplemente piensas "ni aunque haya un terremoto me muevo de casa", pues ahora, después de desayunar y recoger todo, se encontraban en la sala jugando videojuegos. Junmyeon no sabía mucho de eso por sus años de inexperiencia pero ahí estaba Sehun para ayudarlo.

- Junmyeon, precioso... Por milésima vez, debes ganar la carrera, no perderla y hacer que tu coche explote. 

El mayor estaba cansado de repetirle eso pero esa era la última vez haciéndolo, se había cansado y al parecer el menor parecía más feliz explotando su coche que ganando la carrera.

Una llamada entró en el teléfono del menor y este dejó de prestarle atención al videojuego para contestar.

- ¡Kyungsoo! - Contestó, feliz. Levantándose del sofá y corriendo al piso de arriba donde habían más habitaciones, entrando en una y cerrando para tener privacidad al hora de hablar.

Sehun, mientras, apagó la consola y recogió un poco la sala, pensando en las palabras que le dijo Hyejin el día anterior. Debía conseguir un psicólogo y ya, que ayudara al menor.

Tomó su teléfono, sonriendo levemente cuando escuchaba las risas de Junmyeon en el piso superior. Marcó el primer número de su agenda y esperó, esperó y nadie contestó.

Volvió a tratar de llamar a Heechul pero este seguía sin contestar.

Algo preocupado pues su mayor siempre tenía el teléfono pegado a la mano, llamó a Momo.

Ella tampoco contestó y bueno, los hijos de ambos eran muy pequeños como para tener teléfono.

Le escribió un mensaje a su Hyung para que le llamara cuando estuviera disponible, pero tampoco le llegó al teléfono.

Ignorando un poco su preocupación, llamó entonces a la única persona que podía también ocuparse de sus negocios. Aunque Sehun ni quería admitirlo, le agradecía su ayuda.

- Hey piojo.

- Chanyeol Hyung... - Con molestia, suspiró. - Necesito tu ayuda.

- Yo voy a por la pala, papá irá a por el auto. - Se escucharon llaves de fondo y entonces Sehun tuvo que hablar rápidamente.

Rest - SeHo | HunHoWhere stories live. Discover now