Kyojuro Rengoku

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Me vas a agradecer este aviso aunque no diga nada importante, ya sabes, un aviso...

Te sentaste al lado del hermano menor de tu maestro, él te volteó a ver, y te ofreció un dulce de la caja que tiene entre manos

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Te sentaste al lado del hermano menor de tu maestro, él te volteó a ver, y te ofreció un dulce de la caja que tiene entre manos. Suspiraste, lo tomaste y le diste una mordida; todo esto sin dejar de observar como es que el rubio entrena con Mitsuri. Senjuro notó tu expresión, se dio cuenta de la mirada en tus ojos.

—¿Todo bien, _______-san? —preguntó.

—Míralos, parecen toda una pareja —respiraste profundo. —Le tengo envidia.

El niño volteó a ver a su hermano, pensó en lo que le dijiste, y en efecto; eso parecía. Entonces te volvió a ver, tomando un pan de la caja, le dio una mordida al esponjoso dulce entre sus manos.

—Estoy seguro de que mi hermano aprecia a Kanroji-san, pero a ti te quiere más... —te murmuró el menor.

Lo volteaste a ver. Una sonrisita se formó en tu cara cuando lo viste, él se sonrojó por lo repentino que fue. Te acabaste lo último que quedaba del dulce, y abrazaste a Senjuro; quien no supo como reaccionar, si lo de antes fue inesperado, esto fue tan casual que no supo como reaccionar. Aceptando tu abrazo, hundió su rostro en tu hombro, rodeándote con sus brazos por igual. Empezaste a acariciar su cabello; todo esto hizo que sus ojos se humedecieran, en ti encuentra el consuelo de una madre, es por eso que te quiere y apoya tanto; también una de las razones por las cuales quiere que seas más cercana a Kyojuro, así que... También tiene sus razones egoístas para que estés cerca.

—¿Por qué eres tan pequeño? —murmuraste. —Podrías ser un par de años menor que Kyojuro... Pero así eres muy tierno, gracias por tu apoyo, Senjuro; te quiero mucho.

—También te quiero, _______-san —respondió él mientras en su cara se forma una sonrisa.

Incluso si no tengo a Kyojuro, te tengo a ti... Así que también me encargaré de cuidarte.

Le dijiste mientras te separabas, los orbes de el menor brillaron de emoción, abrió la boca para responderte, pero su hermano se acercó y las palabras que dijo fueron para él. Le robaste otro dulce de la caja para después mirar con atención al rubio frente ustedes.

—¿Quieres entrenar, _______? —te pregunto el mayor, sin embargo negaste.

—¡Estoy platicando con Senjuro! —explicaste entusiasta. —Aparte preferiría hacerlo sola, sería todo un problema equivocarme y quedar en ridículo.

Explicaste y luego le diste una mordida al pan que tienes en la mano. Tus palabras sonaban un poco raras, Senjuro se dio cuenta de esto, así que te apoyó; siguiendo tu juego. Tú y él rieron, Kyojuro los miró con alegría, le tranquiliza el hecho de que se lleven tan bien. Una vez terminaste tu dulce, te levantaste para caminar hacia donde Rengoku estaba entrenando con Mitsuri. Tomaste una bokken¹ de las que usan para practicar, y te pusiste en modo práctica.

Kimetsu no Yaiba | One Shots  | #2 PAUSADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora