Tanjiro Kamado

14.7K 803 279
                                    

Tanjiro y tú se encuentran al final de una misión, matar un demonio entre los dos fue más fácil; hasta que apareció otro detrás de ti... Hubieras muerto si Nezuko no hubiera salido a patear a ese demonio, Tanjiro después de acabar con el enemigo se acercó a ti para asegurarse de que estabas bien. No lo hizo antes porque con un descuido pudieron terminar mal los dos. Aún era de noche y el aire se sentía gélido, la pelea que tuvieron con esos dos les hizo entrar en calor. Al terminar, Nezuko volvió a su caja y cuando le hablaste se dieron cuenta de que estaba dormida.

—¿Tienes hambre? —preguntó el de cabello borgoña.

Volteaste a verlo.

—¿La tienes tú? —preguntaste de vuelta. —Yo sí.

—Podríamos buscar algo para comer... —dijo mirando a todos lados —pero es muy noche.

Caminaste un poco más rápido para adelantarte y mirar hacia el cielo, querías ver en que posición se encontraba la luna para calcular la hora. Un suspiro de decepción salió de tu boca y como si del destino se tratara, justo cuando Tanjiro se puso a tu lado llegaron los cuervos de los dos. El tuyo no dijo nada mientras que el de tu compañero; hizo que los siguieran. No tardó mucho hasta que llegaran al lugar donde les dan refugio a los cazadores de demonios. Una sonrisa apareció en tu rostro, el lugar es realmente cálido y justo los trajeron en un buen momento; el momento necesario.

—Tengo muy buenos recuerdos de este lugar —dijiste feliz mientras entraban.

—Aquí nos conocimos —agregó el joven de pendientes.

Los dos entraron y la abuela Hisa¹ les dio ropa limpia, dejó que se bañaran y cambiaran mientras hacia la cena. Cuando saliste del baño, fuiste a ver como se encontraba Nezuko, quien aún seguía dormida; sonreíste y cuando te diste la vuelta para irte, te encontraste con Tanjiro; quien te causó un gran susto.

—Nezuko y tú se llevan muy bien, me alegra mucho —dijo con una sonrisa.

—¡Oh! Es realmente linda, muy bonita sí sí, me gustaría ser igual de linda que ella —reíste mientras te sentabas en el tatami.

Miraste al Tanjiro y se encontraba haciendo un puchero, te dejó confundida puesto a que no habías dicho nada malo. Él se sentó a tu lado, en cuanto lo hizo te llegó el aroma del jabón que uso; desviaste la mirada de inmediato. Te detuviste a pensar mucho en una cosa tan trivial como esa que tu rostro se puso rojo. Sin embargo ahora el confundido era Kamado, él tocó tu hombro y lo volviste a ver con una sonrisa nerviosa. La mano de Tanjiro se dirigió a tu cabeza para después revolver tu cabello.

—¡Tú también eres hermosa!

De nuevo tu rostro se puso rojo, ya no supiste que decir. Ya no era sólo por el hecho de que el chico que te gusta te haga un cumplido; Nezuko está junto a ustedes dormida, pero eso no quita la pena que te dio.

—Puedo decir lo mismo de ti —respondiste más calmada.

—Gracias, _______-chan —él sonrió.

—Quizás no tenga nada que ver pero... —volteaste a ver la caja de Nezuko y suspiraste. —Estoy realmente alegre de haberlos conocido, de conocerlos. Tienes ese algo que activa las ganas de vivir, llegaste en el momento justo a mi vida.

Empezaste a jugar con tus manos por el nerviosismo que sentías; tu corazón latía rápido como si te fueras a confesar o alguien hubieras descubierto una mentira tuya. Podías sentirlo, estás intranquila y no por una mala razón; si bien estás sincerandote con Tanjiro, lo conoces suficiente como para saber que nunca reaccionaría impulsivo ante los sentimientos de alguien, mucho menos con algo como lo que le estás contando. Pero no era suficiente para que no te sintieras nerviosa, no es por algo malo, simplemente lo sientes y ya. Él no quitó su atención de ti, con una sonrisa tranquila se acomodo para escucharte y mirar como hablas.

Kimetsu no Yaiba | One Shots  | #2 PAUSADOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin