Los Primeros

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Lee estaba congelado, mantenía su vista clavada sobre los segundos que transcurrían de llamada. Lee no sabía que contestar... Del otro lado podía escucharse como a lo lejos dos voces hablaban y reían, una de aquellas voces era mas lenta y suave que la otra, voces que Lee jamás había escuchado.

De repente, una voz masculina resonó por el teléfono, despertando el oído de Lee.

-Por dios, ¿Cuándo planeabas contestarme?- dijo aquella voz, como si se hubiese sentido alivianado de que Lee contestara la llamada. Pero al mismo tiempo frustrado. 

-¿Quien llama?- preguntó Lee, con notable terror.

-¿No te acuerdas de mi? ¿Lee?-

La voz masculina parecía tener un tono seco y levemente tosco, como si le incomodase un poco el hecho de que lee nunca contestase sus llamadas y que al hacerlo, no le reconociera. Heeseung se estremeció al escuchar su nombre en aquella línea, era una voz que le hacía estremecer con solo escucharla, ¿Por qué aquella persona insistía en llamarle tantas veces?, Lee se quedó en silencio después de aquella pregunta.

-te daré una pista...- agregó de nuevo la voz al notar el silencio de Lee, asumiendo que este estaba completamente pasmado. -ya nos hemos visto antes... Hace tiempo antes del verano-.

Heeseung levantó su mirada por la ventana, tratando de indagar por su mente en busca de recuerdos que le ayudaran a descubrir de que estaba hablando la persona en la otra línea.

-aprendí muchas cosas de ti y tu de mi.... Entre ellas, aprendimos que ser huérfanos no nos iba a detener.... Prometimos que así seria... Que no nos dejaríamos vencer por ello...- Heeseung dejaba que su mente se aclarara mientras en sus ojos se reflejaba el azul del cielo.

-también te ayude a darte cuenta... De que no tienes que conformarte con lo que tienes.... Y tu me mostraste que las cosas no siempre salen como las esperas....-

Entonces, los recuerdos de Lee volvieron a la luz, en su antigua casa, la tarde en la que descubrió la puerta de entrada estaba abierta, causándole escalofríos. Los momentos en los que entro a la sala principal buscando algún movimiento con la mirada... La maceta rota de la planta que cayó de la mesa... Y dentro de aquella, un joven escondido en la oscuridad que después le rogó que le escuchase antes de que le hiciese mas daño....

Lee suspiró de asombro recordando las veces en las que jugaba por toda la casa con el rubio, las interminables tardes tratando de reparar el automóvil al que el rubio se dirigía como "chatarra" o "pedazo de mierda". Después del suspiro, la expresión de lee cambio de terror y duda, a asombro total.

-Park....- mencionó Lee con tono suave, aun en trance de sorpresa.

La voz rió del otro lado del teléfono, una risa aliviada, que se notaba feliz de haber escuchado aquel nombre.

- Park Jay, tonto, si vuelves a dejarme colgando en la llamada te encontrare y te pasare por encima con mi inútil, asquerosa y horrible chatarra- mencionó riendo de forma burlona, a lo que lee contesto con la misma risa:

-pues... Dicen que todo se parece a su dueño, querido park-

Las carcajadas inundaron los oídos de lee, quien también reía con fuerza.

-buena esa Lee, me jodiste- mencionó Jay entre risas.

-debiste verlo venir, tu me enseñaste a ser así- respondió de la misma forma.

Las risas duraron un momento, y cuando se calmaron, Jay agregó:

-¿y bien? ¿Algo nuevo?- preguntó, apoyando su espalda sobre la carrocería verde. 

ABANDONADOS (ENHYPEN)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz