18: El de la presentación

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Violeta y yo estamos esperando en la puerta del salón de reuniones de una de las empresas del centro financiero de Roma

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Violeta y yo estamos esperando en la puerta del salón de reuniones de una de las empresas del centro financiero de Roma. El coche ha tardado tanto en llegar a este lugar que casi me duermo. Es un sitio increíblemente amplio. Los suelos parecen de cristal y en el techo hay lámparas de araña como en la época victoriana. Hay gente por todos lados y el ruido es ensordecedor. Un hombre con traje nos abre la puerta y nos indica nuestros asientos en la parte frontal de la sala. Tenemos botellas de agua y un pequeño aperitivo. Yo me lanzo a por las aceitunas.

El resto de los inversores no tarda en llegar.

Me limpio la boca con disimulo y doy un trago largo de agua. Mientras que yo estoy muerta de los nervios, Violeta parece estar completamente relajada. No me siento cómoda bajo la atenta mirada de esas personas y mucho menos después de que Violeta me dijera que no iba vestida de manera apropiada para la ocasión. Según ella, mi vestido rosa claro y las sandalias con plataforma no son para nada estilosas. Para ella siempre voy mal.

Enzo entra junto a un hombre muy parecido a él, solo que con el cabello más claro y algo más sonriente. Se sientan en la misma mesa presidencial semicircular junto a nosotras, pero los dos se giran para mirarnos. Violeta comienza a hablar, dando inicio a nuestra presentación.

—¿Qué es el amor? El amor es una fórmula —dice con una pasión arrolladora.

Habla de los beneficios de amor en la salud y de cómo afecta a las personas. Luego alguien levanta la mano.

—Nos gustaría saber si la fórmula realmente funciona.

La pregunta es para Enzo, pero todos me miran a mí. Es lo malo de haber sido el conejillo de indias estos dos últimos meses, ahora es cuando vienen las explicaciones y no sé qué decir.

Si digo que sí, estaré dando la razón a Enzo; pero si digo que no, me estaría mintiendo a mí misma en cierto modo. Sigo pensando que conocer a un chico por internet no es algo natural. Sin embargo, gracias a eso, o por desgracia, le he conocido a él que, innegablemente, ha cambiado el modo en que veo ciertas cosas.

—Erin podrá explicároslo mejor —contesta él, dándome paso.

Violeta me da un codazo para que hable.

—A veces —respondo sin pensar y niego con la cabeza al instante—. Cuando buscas a tu pareja ideal, sobre todo a través de una aplicación, hay ciertos criterios que no se deben tomar en cuenta, como el aspecto o la personalidad

—¿A qué te refieres? —me pregunta una de las mujeres que están allí. En la sala hay unas quince personas. Nosotras estamos justo en frente de todos ellos.

—Cuando te escondes a través de una pantalla, el aspecto puede decir mucho de la persona; pero, al final, acabas utilizando el chat para conocerla mejor y esa imagen se te acaba olvidando. La manera de pensar, de expresarse... Es algo totalmente distinto a la vida real, donde juzgamos el aspecto de una persona sin importarnos lo que tienen en el interior.

La fórmula perfecta © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora