10: El de los buenos bíceps

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Aunque, según las normas, no está permitido, Diego y yo hemos quedado un par de veces más esta semana para seguir conociéndonos

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Aunque, según las normas, no está permitido, Diego y yo hemos quedado un par de veces más esta semana para seguir conociéndonos. Creo que podríamos ser grandes amigos, a pesar del beso que nos dimos.

Todavía me quedan dos citas más para cumplir con el objetivo. Cada vez tengo más claro que la fórmula que Enzo utiliza para esta aplicación no está funcionando conmigo.

¿Diego es majo? Sí, pero no tengo claro que sea el tipo de persona para mí. A veces he dudado porque me gusta hablar con él y me río mucho, pero ¿por qué hemos tenido que dar el paso de ese modo? ¿Qué hay de la sencillez de un encuentro casual? Puede que, de no ser por la aplicación, no me hubiese atrevido a cruzar con él más de dos palabras, pero sigo sin estar convencida. Forzar las cosas nunca es bueno. Además, estoy muy bien sola.

—¿Con quién has quedado hoy? —me preguntan Clara y Melissa a la hora de comer. Ya han subido los tres últimos informes al blog y las dos están convencidas de que Diego es mi chico ideal.

—Os le voy a enseñar —respondo, emocionada. Por lo visto se llama Lorenzo y ya llevamos hablando unos cuantos días—. Tiene fotografías random, pero mirad esta.

Abro nuestra conversación y le enseño las fotos que me ha mandado de sus brazos. Está muy en forma y su cuerpo lo dice a gritos.

—Tía, pero ¿solo por eso quedas con él? —cuestiona Melissa, cogiendo mi teléfono para ver mejor.

—Aunque parezca todo lo contrario, es un chico muy inteligente. Le encantan los animales y la naturaleza —confirmo, pero en el fondo ellas saben que no le he elegido por eso.

—Está mintiendo como un bellaco —ríe Clara, asomándose a la pantalla—. Parece mentira que fueras tú la que dijera que aquí los chicos van a lo que van.

Me da igual lo que digan.

—Puede. ¿Y si no? Estaría bien conversar con alguien decente de una vez por todas —afirmo—. Además, quiero probar una cosa.

Tengo el presentimiento de que este no es otro más del grupo de asquerosos con los que me he ido cruzando. Algunos de los que me han hablado directamente me decían que si quería tener sexo con ellos. Sin embargo, Lorenzo ha querido conocerme, se ha interesado por mi opinión en ciertos temas y yo he podido conocer también la suya.

—¿Que sus bíceps no son reales? —bromea Melissa.

—Apuesto a que no, pero qué más da —replico, cogiendo mi bolso—. Tomaremos algo y ya veremos. Demostraré a la gente que no hay que dejarse llevar por unas fotos falsas en un perfil de citas.

Les guiño un ojo y me despido de ellas. Aunque no se lo he dicho, me da cierto miedo el hecho de no haberle visto la cara en ninguna foto, pero tampoco le he pedido ninguna, solo se me ocurrió que quedáramos. ¿Qué más da la imagen que tenga? Parece una persona culta y quiero averiguar qué hay de verdad en sus palabras, sea cual sea su aspecto.

La fórmula perfecta © |COMPLETA|Where stories live. Discover now