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Decir que conocías bien a Regulus Black sería una mentira. Seguro que estaban en el mismo año y compartían muchas clases juntos, pero parecía que pasaban la mayor parte del tiempo con diferentes grupos de amigos. Lo más que interactuabas era en pociones cuando te emparejabas a menudo. Estas pequeñas conversaciones en las que hablaba principalmente sobre los ingredientes que necesitaba para su preparación fueron suficientes para que te enamoraras de
Regulus.
Para algunos puede parecer una tontería imaginarse a un chico al que apenas conocías fuera del aula, pero no pudiste evitarlo. Regulus era tan guapo, su inteligencia era increíblemente entrañable, y luego estaba el hecho de que había algo diferente en él. Comparado con sus compañeros de Slytherin como Lucius Malfoy, Narcissa Black y Severus Snape, Regulus no parecía compartir muchos de sus puntos de vista. Aunque era un poco más refinado debido a su origen familiar, era mucho más caballeroso y no parecía preocuparse demasiado por la sangre y las casas. Fue refrescante.
Con esto en mente, debería haber sabido que las cosas terminarían horriblemente cuando el profesor Slughorn asignó el proyecto Amortentia. Sin embargo, estabas tan emocionada de que Regulus hubiera sido tu socio, dándote una excusa para estar cerca de él, que te olvidaste por completo de las posibles consecuencias.
La elaboración de la poción se desarrolló sin problemas. No tenía ninguna duda de que tu y Regulus aprobarían con una calificación satisfactoria. Todo lo que quedaba era que registraras lo que olías cuando olías tu creación. Un zumbido de satisfacción salió de tu boca mientras el
aroma fluía hacia tus fosas nasales.
"Es difícil para mí distinguir", confesaste, tocando tu barbilla mientras hacías tu mejor esfuerzo para considerar el aroma único. Lo reconociste de alguna parte, pero no pudiste señalarlo con el dedo ... "Déjame ver. Creo que hay un toque de menta y algún tipo de colonia ". concluiste, todavía un poco confundida.
Regulus, que se había encargado de escribir sus hallazgos, escribió lo que dijo sin pensarlo dos veces.
Sin embargo, la prima de Regulus, Bellatrix Black, encontró fascinante lo que estaba escuchando. Con una sonrisa maníaca extendiéndose por su rostro, Bellatrix se dio la vuelta desde el escritorio frente a ustedes dos para poder enfrentarse a ustedes.
"No te detengas ahí [t/n]. Dime EXACTAMENTE a qué olía esta colonia ". Tentó Bellatrix, ganándose una pequeña mirada de Regulus. No estaba del todo de humor para las payasadas de su prima un tanto trastornada. Obviamente Bellatrix estaba aburrida y quería llevarte a una trampa. Desafortunadamente, se enamoró de ella y procedió a describir en detalle la colonia. "¿Es eso así? Es curioso, eso se parece mucho a la colonia que usas Regulus "Bellatrix se burló. "¿No es extraño que estés oliendo la colonia de mis queridos primos en una poción de amor?".
Entonces, una expresión mortificada se apoderó de tu rostro. No esperabas semejante acusación, pero tampoco podías negar que Bellatrix acertó. Ahora, un lío que balbuceó patéticamente mientras intentaba explicarse, pero sus intentos fueron inútiles. Ninguna frase
coherente logró escapar de tu boca.
Lo que te salvó fue que el profesor Slughorn anunció que todos tenían cinco minutos más para entregar su tarea. Mirándote con sospecha, Regulus escribió algo más antes de levantarse de su asiento. "Espera, ¿Qué oliste?" preguntaste, con las mejillas todavía enrojecidas.
"Yo ... nada" Regulus finalmente esquivó la pregunta antes de caminar hacia el escritorio de Slughorn para entregar su papel. Bellatrix perdió interés en el caos que había causado y ahora se alejó de ti, dejándote solo para lidiar con tu humillación. ¿Regulus te había descubierto? ¿Sabía
ahora que te gustaba más que cualquier otro chico de la escuela?
Oh, Merlín, si lo hizo, entonces tendrías que abandonar por vergüenza. El miedo comenzó a burbujear en tu estómago cuando Regulus comenzó a acercarse a ti después de dejar a Slughorn. ¿Era aquí donde iba a enfrentarte?
Afortunadamente, ese no sería el caso porque así fue como te salvó la campana. La clase había terminado y no perdiste el tiempo en recoger rápidamente tus cosas y salir corriendo de la habitación. Es cierto que eso probablemente solo te hizo parecer más culpable, pero en ese
momento no podía importarle menos porque estabas seguro de que estabas libre en casa.
O eso pensabas ... todavía no te habías dado cuenta, pero Regulus era mucho más rápido que tu y pudo alcanzarte en el pasillo antes de lo que esperabas.
"[t/n], espera un momento" dijo Regulus, agarrándote de la muñeca. Dado que su agarre era mucho más fuerte de lo que pensabas, no tenías otra opción que volverte y enfrentarlo. Solo podías imaginar lo que Regulus debió haber estado pensando mientras examinaba tu rostro nervioso. Quizás aquí fue donde se burló de ti por ser tan tonta, pensando que tenías una oportunidad con él. No, no haría eso. Como se mencionó antes, Regulus no fue cruel, pero tal vez te pediría que no trabajaras más con él. Seguramente estaba incómodo. "Era a mí a quien olías, ¿no?" Regulus finalmente preguntó, como si necesitara escucharlo de ti para aceptarlo como un hecho.
Esta era tu oportunidad de mentir.
Podrías decirle a Regulus que todo fue un gran malentendido y podrías continuar como si nada hubiera pasado. Por alguna razón, mientras preparabas tu mentira en tu mente, te resultó difícil ponerla en palabras. Era como si los ojos oscuros de Regulus mirándote te hicieran imposible no ser sincera. Entonces, en lugar de darle una historia falsa, asentiste lentamente. "Sí, lo siento" te disculpaste, haciendo que Regulus levantara una ceja. "Debería haber inventado algo. Me gustas, pero no espero que ... ".
La oportunidad de terminar lo que estabas diciendo te fue repentinamente robada cuando Regulus ahuecó tus mejillas y presionó sus labios contra los tuyos. Cuando un pequeño jadeo salió de ti, Regulus murmuró en el beso. "¿Qué es ese perfume que usas? ¿Lavanda? Porque eso es lo que olí en la poción " confesó. Ese era el aroma de tu perfume. ¿Qué sabes? Parece que te deseaba tanto como tú a él. Con ese pensamiento aliviado jugando en tu cabeza, le devolviste el beso a Regulus.
