-Mmm... Adoro como reaccionas cuando mi cuerpo está cerca del tuyo, como te sonrojas cuando te hablo al oído y como te excitas cuando mis manos recorren tu cuerpo.- dice mientras comienza a dejar un recorrido de besos desde mi oreja, pasando por mi nuca, mis hombros y bajando el tirante de mi blusa haciendo que mi pecho quede completamente desnudo frente a él y puedo escucharlo resoplar fuerte haciendo que se endurezca casi al instante por las sensaciones que me provoca.

    Con suma expectativa y sintiendo su fuerte mirada, espero sentir sus labios, su mano o un simple roce haciendo que mi excitación crezca a casa segundo. Pero para mi decepción, y con un gruñido de su parte, vuelve a acomodar mi blusa haciendo que un quejido de frustración escape de mis labios.

    -No puedo atacarte como una bestia salvaje Diana, te mereces que te adore como la diosa que eres, y aunque muera de deseo, quiero que te sientas segura cuando estés entre mis brazos.- dice y siento que comienza a quitar la venda de mis ojos.

    Al retirarla por completo, me encuentro con una hermosa sonrisa y sus preciosos ojos celestes clavados en los míos reflejando un profundo deseo en ellos.

    -Dios... Yo aquí intentando no enamorarme y me sales con esa sonrisa y esa mirada, y pues, así ya no juego. Me haces trampa.- le digo en un tono de niña ofendida haciendo que ría.

    -Y tú me mantienes en el límite de mi autocontrol con un miedo terrible a enamorarme.- dice acariciando mis labios. Y quiero decirle que me haga suya aquí y ahora, pero antes de que mi voz salga, se hace a un lado para dejar ante mí la vista del lugar más hermoso que vi en mi vida.

    Es un precioso espacio tipo santuario rodeado de velas y antorchas artificiales en paredes de piedra antigua y en el centro una pileta redonda donde se puede ver el vapor saliendo de esta, con iluminación dentro del agua revelando distintos tonos de verde, y una cascada al fondo saliendo de una de las paredes dándole un aspecto romántico y relajante.

    -Esto... Es lo más precioso que vi en mi vida. ¿Donde estamos?- pregunto sin poder creer la belleza de lo que mis ojos ven.

    -Este es el regalo de bodas que mi padre le hizo a mi madre y dónde pasaron su luna de miel. Estas aguas son las mismas del templo romano que vimos hoy, solo que pasan por un proceso de filtrado especial que permite que sean seguras para bañarse.- dice admirando el lugar a mi lado.

    -Pero, ¿cómo es posible? el guía dijo que no había un lugar seguro donde se pudiera acceder a tocarlas.- pregunto intrigada.

    -Subestimas a mi padre Honey, nada es imposible para el ex agente de la CIA, luego de que mi madre le comentó sobre lo bello e imposible que era acceder a bañarse en estas aguas, investigó sobre los canales que llevan hasta el templo, y se encontró con que pasaban por este lugar. Entonces mandó a construir la cabaña y consiguió un sofisticado sistema de filtros que lo hacen apto para bañarse.- dice y puedo ver claramente el orgullo que siente al recordar lo que de seguro debe ser el intenso amor que se tienen sus padres.

    -Guau... Es, es hermoso lo que ha hecho con este lugar. ¿Pero cómo es que se lo han permitido?-

    -Nadie sabe de la existencia de este lugar, aparte de mi familia, obvio, y ahora tú.- dice parándose frente a mí nuevamente.

    -Gracias, gracias de verdad por compartir algo tan especial conmigo.- digo lanzándome a sus brazos sintiendo la humedad en mis ojos por todo lo que significa que me haya traído a mi y a nadie más a este lugar.

    -Gracias a tí por darme una oportunidad.- dice antes de comenzar a besarme suavemente haciendo que la pasión comience a dominarnos y el beso pase a ser cada vez más apasionado.

Un Juego PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora