Capítulo 17 - Suspiros entre casilleros.

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Un lugar en las afuera de Los Ángeles.

-¡Jodidos imbéciles! -Gruñía un hombre.

-Señor, le he dado todas las advertencias que me dijo, pero está junto a ella de nuevo.

-Le ha contado todo a su padre, seguro ya tiene seguridad hasta en los cojones. -Brama enojado- Esto se está yendo a la mierda, pero todos se irán conmigo. Y yo me llevaré lo que he querido.

-Padre, no deberías arriesgarte más, Kevin no es ningún tonto. -Dice con voz baja pero clara.

-Cállate, eres un maldito cobarde. Metes una puta niñata a este tablero.

-No es una niñata, ni puta. -El hombre más joven le da una sonrisa a la chica a su lado- ¿Por qué tanta obsesión con esa chiquilla? -Mira a su padre inquisitivamente.

-Porque es mía, me pertenece. Además ellos son los culpables de pasar mis mejores años en una cárcel, de tumbar mi imperio. -Dice aún molesto.

-Eso es pasado, he reconstruido uno más fuerte, padre. Puedes tener otro par de mujeres, olvídate de ella. -En ese momento el hombre que parecía una copia del otro, pero más viejo le propinó una bofetada.

-Tú único deber aquí es acatar mis ordenes, si yo la quiero a ella debes hacer lo que diga, ¿Entendido? -La chica al lado del hombre joven se movió para estar en defensa- Tú, maldita puta, fuiste el peon más innecesario que este imbécil pudo mover, fuiste demasiado obvia.

-Déjala a ella, no la toques. -Gruñó el hombre más joven.

-¿Con qué es tu puta no es así? -Sonríe socarrón- Te la tenías bien guardada. Pero hijo, consigue algo mejor la próxima. Pueden retirarse de mi vista, ahora debo arreglar la mierda que hicieron.

27 de agosto del 2013.

Khaos.

Camino por los pasillos que dan hacia el gimnasio veo al hombre alto y fornido en la puerta de la entrada de este, cansina lo veo y él asiente con su cabeza.

Llevo aproximadamente unos siete u ocho días viéndolos por todos lados. Esto no me gusta, me siento vigilada y a Michelle le incomoda en parte porque no estamos solas mucho tiempo.

Al entrar veo como están haciendo algún tipo de rutina, me enfoco en ver como se están moviendo, espera. ¿Michelle está... Va a ser...
Sí, la tiraron en el aire para ser atrapada. Casi me muero. Eso da miedo. Mucho miedo.

Escucho un pitido de silbato muy fuerte.

-¡Eso no está bien! ¡Michelle, te desconcentraste un momento! ¡Y tú, trata se hacer mejor las volteretas! -Señala a pelirroja que hace una mueca en el rostro- Retírense, señoritas, mañana vamos a proseguir con esto y sus errores.

Me acerco a la graderías y Michelle tarda un momento en verme. Me sonríe y está con las mejillas bastante sonrojadas por el esfuerzo.

Camina hacia mí y se sienta con una pierna a cada lado de la mía.

-Hola. -Digo- ¿No le va a molestar a la entrenadora que estemos así?

-No, luego de cada entrenamiento ella se va al salón de maestros o las duchas. -Dice inclinándose a mí- ¿Podrías besarme?

No respondo con palabras, accedo a su petición  y la beso. Sosteniendo su cintura y pegando más su cuerpo a mí y sonriendo cuando succiono su lengua y ella suelta un gemido ahogado en mi boca cuando junto nuestros labios.

Como enamorarte. (CE)Where stories live. Discover now