*̥˚ CAPÍTULO 19 *̥˚

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Mal presentimiento

El cielo de esos días solía ser muy gris. Una inminente tormenta amenazaba con querer llegar a la ciudad de Trost.

Los estudiantes de la preparatoria salían contentos de su instituto puesto que, por fin llegaba el fin de semana. En cambio la joven Ackerman se encontraba de pésimo ánimo. Sus padres tendrían un pequeño viaje al interior de la ciudad, les tomaría dos días en regresar.

Lo malo de esos viajes es que siempre se alargaban más de la cuenta. Mikasa estaba obligada quedar sola. Pero eso cambió.

En un año su vida tomó un giro inesperado. Conoció a alguien. Y no es un "alguien" cualquiera.

Tal vez el destino quiere jugar con ella sólo por un momento para luego hacerla llorar a mares.

La soledad no se llevaba nada bien con Mikasa. Desde que era una niña. Pensar que Levi pasó tanto tiempo solo y oculto la entristecía. Por eso se propuso así misma no dejarlo, tal vez sea una locura, pero está decidida en cumplir con su palabra.

Después de todo él era el causante de sus sonrisas. Ya que nunca ha estado así. Quisiera estar siempre con él, pero sabe que todo como tiene un comienzo también tiene un final. Lo pensó tanto... pero aún no piensa en aceptarlo.

Ahora comprendía al enano a decirle "mocosa inmadura". Se aferra algo que ya no existe... que nunca fue suyo y que nunca lo será.

Preocupada de que la tormenta llegue pronto, tomó su paraguas y empieza a caminar un poco más rápido. Deja escapar un largo suspiro, la cabeza le dolía un poco. Tenía un mal presentimiento.

Sasha y Nicolo, Armin junto con Annie la acompañaban, pero sólo era por un corto tiempo. Ya que planeaban ir a una tienda de café que se acababa de inaugurar. A Mikasa nunca le agradó los lugares de mucha concurrencia pero en esta ocasión deseaba ir. Aún así rechazó la invitación, alguien la esperaba en su hogar y no podía fallarle.

Ya tendría tiempo de tomar un café con sus amigos.

Al ver a sus amigos ingresar con sus respectivas parejas sintió una rara sensación. Le gustaría estar en un lugar así junto con Levi. Sacudió su cabeza para borrar esos pensamientos. Daba igual si tomaba el café en una tienda o en su casa mientras esté con la persona correcta, ella estaría sumamente feliz ¿no?

...

Las gotas de lluvia caían poco a poco. Esto aumentaba más la preocupación del pelinegro.

Desde la mañana había tenido un mal presentimiento. Y eso no lo dejaba tranquilo. Dejó las dos tazas de café que traía en manos, en una pequeña mesa, quería asegurarse si aún seguía en su bolsillo una pequeña caja, contenía el collar que pertenecía a su madre. Siempre pensó en dárselo a la mujer de sus sueños, en un momento dado pensó que sería Kristel, pero no, hasta que llegó Mikasa, toda su post-vida cambió.

Sonrió levemente al recordarla. Le daría collar antes de marcharse.

Si... el pensaba en irse. ¿A dónde? Es imposible saberlo.

Nunca pudo traspasar las murallas de su casa. Mucho menos pudo deshacerse de sí mismo.

Pero casualmente había encontrado un pequeño hueco detrás de un arbusto. Había logrado salir de su hogar después de años, se sentía bien. Vio a tanta gente que sintió como si estuviera vivo.

Observó a niños corriendo, gente riendo, madres abrazando a sus hijos y parejas felices. Por un momento pensó que todo volvía hacer cómo años atrás.

Un Fantasma llamado Levi AckermanWhere stories live. Discover now