*̥˚ CAPÍTULO 11 *̥˚

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Tú y yo ¿Que somos?

Silencio... sólo pido silencio para oir tu respiración, oir el palpitar de tú corazón es un delirio para mí. Mi silencio es una sentencia para que tus labios traviesos se hundan con el mío y que formen juntos el arte del amor. Nunca creí que mi silencio por ti se volvería poesía pura, que mis manos se estrujaran sencillamente por tú contacto, que mis ojos baguen por todo tu cuerpo, que mi mente no quedara tranquila si no te nombro entre susurros, que mi corazón lateria sólo por ti... y para ti, nunca creí amar tanto a un ser humano. Es un pecado pero estoy dispuesto a ir al infierno por sólo un beso tuyo.

«Mikasa eres y seras mi más bonita historia de amor...»

...

Sus labios se separaron por la falta de aire pero no así sus ojos. Sus miradas reflejaban a gritos que necesitaban aún más del otro aunque sea un pequeño rose.

Mikasa reflejaba tranquilidad en cambio Levi sólo reflejaba una tormenta en su ser. Temió acercarse a ella y ahora teme acabar con su felicidad. Se contemplaban uno al otro tratando de asimilar lo que habían hecho, pero una pizca de adrenalina pedía intranquila continuar lo que dejaron.

Los labios sabor fresa de la joven se teñian en un tierno color carmesí al igual que sus mejillas, él entretenido acariciaba con sutileza el rostro de la hermosa criatura de ojos lunas y tenue sonrisa.

─Te amo ─susurro tiernamente la joven avergonzandose por lo que había dicho.

Esas dos palabras fueron capaces de entrar al corazón frío y solitario de Levi Ackerman, aún así su mente tomó posesión en él.

─No...─murmuró él frunciendo más aún su ceño.

Se apartó cuidadosamente de la joven, se se hallaba confundida por su actuar. Agradeció por el desayuno y simplemente se retiró.
Mikasa no pudo mediar palabra alguna sólo maldecirse internamente por no detener a Levi.
Quedó sola con sus pensamientos y dudas en cambio él se arrepentía de ser un cobarde.

***

La señora Ackerman se encontraba arreglando su jardín con nuevas flores que había adquirido recientemente.
Una gota de sudor recorría por su mejilla mientras bebía un poco de agua proveniente de una pequeña botella, retomó su trabajo al instante dejando escapar un sonoro suspiro de cansancio. Se percató de la presencia de su hija, la saludó agitando la mano, se la veía cansada supuso que por el día lectivo que le tocó.
Prefirió ella preguntar que tal su día:

─Lo siento cariño si no puedo saludarte adecuadamente, pero, quiero terminar esto en cuanto antes, ¿Que tal tu día? ─preguntó sonriente.

Mikasa tarareo algo en respuesta levantando sospechas a su madre. La señora Ackerman no se percató que se había pasado con el abono por su torpeza empezó a reír.

─¿Sucede algo mamá?

─Nada cariño, ¿por qué no vienes a ayudarme?

La pelinegra se acercó a su madre hizo una mueca al ver que su madre se empeñaba en "reparar" el árbol semi-marchito de su jardín, aunque no la culpaba sería una lástima dejarlo morir.

Mikasa dejaba caer un poco de agua a todas las flores recién plantadas de su madre pero se detuvo al llegar al centro donde se hallaba ese gran árbol de orquídeas.

Un Fantasma llamado Levi AckermanWhere stories live. Discover now