*̥˚ CAPÍTULO 15 *̥˚

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dijéramos adiós

« En otra vida estaríamos juntos y cumpliríamos todas nuestras promesas... »

─Oye... mocosa ¡Oye despierta!

La joven despertó lentamente con un pequeño bostezo. Sus ojos posaron delicadamente sobre cierto joven pelinegro.

─¿Acaso me he quedado dormida? ─preguntó aún adormilada.

─No como crees...─contestó sarcástico─. Deberías de descansar más seguido. Tus ojeras son visibles.

─Lo tendré en cuenta ─dice poniendose de pie. Se percató que sus cuadernos y lápices estaban por todas partes asi que decidió guardarlos dentro de su mochila. Daba ligeros bostezos a cada rato en verdad la jornada de examen la tenía estresada. Al terminar su trabajo decidió tomar una buena taza de café se lo merecía después de tanto estudio─. Oye enano ─al tener su atención continuó─, ¿se te antoja un café?

Él se encogió en hombros. Mikasa sólo lo tomó como un "sí". Después de todo el clima lo ameritaba, la lluvia cayó inesperadamente en la ciudad y con el llegó un viento de otoño que podría resfriar a cualquiera.
El cielo gris anunciaba la llegada de más lluvias por lo que Mikasa decidió suspender todas sus actividades al aire libre. Después de todo desea pasar tiempo con el enano, y eso sonaba ridículo.

...

Levi se encontraba leyendo el libro que le había regalado Mikasa para que se distraiga un poco, leer los mismo libros de la biblioteca le parecía más deprimente que estar en ese lugar. 

Suspiró algo cansado, había tenido un dejà vu, cerró sus ojos pues recordar eso lo lastimaba. Odiaba la lluvia, odiaba los días grises y más que todo odiaba recordar.

El aroma a café llegó a la biblioteca. Aunque no sea amante de ese aroma sentirlo en ese momento lo reconfortaba. Sus iris azules se dirigieron a la joven que ingresaba contenta al salón, en sus manos traía dos tazas de café.

─Aquí tienes ─indicó la joven entregándole una de las tazas.

Levi observó algunos segundos el líquido luego decidió tomar un sorbo. Le agradó el sabor, eso lo relajó a un más, dejó escapar un sonoro suspiro, aún podía escuchar el sonido de la lluvia caer con fuerza en la ventana.

Mikasa al notar su ánimo decidió hablar con él ─¿Sucede algo? ¿No te agradó el café? ─el azabache negó─. ¿Entonces?

─Dime... ¿por que te esmeras tanto estar aquí conmigo? ─confesó, a Mikasa la tomó de sorpresa. Su silencio fue el determinante para que Levi quisiese continuar─. Acaso es por... ¿lástima? ─dijo con frialdad.

─¿A que viene eso? ─preguntó enfadada─. Sabes que no es así. Decidí ayudarte, a comprenderte, a estar a tú lado y aún asi ¿piensas que es por lástima?

─Si no es por lástima, entonces... ¿por qué más sería?

Mikasa indignada por el comentario de Levi apretó más de lo debido la pobre taza de café.

─Es imposible tratar contigo... ─murmuró.

─Tienes razón ─recriminó él poniendose de pie─, pero... tú no sabes lo que sucedió antes de que tu y yo nos conociéramos. No sabes lo que he hecho o lo que soy ¡No sabes nada! ¿Por qué te aferras tanto a algo que en ocasiones te hace felíz? ─dio una pausa al ver los ojos de Mikasa estos amenazaban con dejar escapar algunas lágrimas. Sólo quería que ella fuese feliz pero no con él ─. No... no te aferres a mi Mikasa ¡Sólo mirame! ¿que felicidad podría darte yo? Un simple fantasma viejo, olvidado y odiado...

─Cierra la boca idiota... ─susurró con un tono terrible de tristeza─, es por eso... que me aferro a ti... Eres un idiota que no lo entiende. Te alejas más y más, y es porque... ¡Sólo te aferras al pasado! ─suspiró─, lo único que deseo es demostrarte que el presente aún tiene salvación ¡si dejas el pasado atrás!

Un silencio inundó la habitación. Los ojos azules de Levi se encontraban más apagados que lo usual. Mikasa no tiene la menor culpa del monstruo que es, por eso y por muchas otras cosas desea alejarla.

¿Que pensaría si le dijera que fue él quién acabó con su vida?

─Mikasa, perdóname.

Decidió irse, alejarse de una vez por todas de ella, aunque pareciera un cobarde.
Pero la reacción de Mikasa fue más rápida que él.
La azabache se interpuso a que abriera la puerta, se encontraba levemente recostada por ella.
Levi podía facilmente desaparecer en la biblioteca y aparecer en la sala pero sólo se quedó parado observando tristemente a Mikasa.

─¿Hay algo... que yo no sepa? ─preguntó casi como un susurro. 

Él sólo pudo guardar silencio. Su mirada bajo hasta al suelo y su garganta se quebró. Se sentía tan miserable como en aquel día, cuándo decidió acabar con todo pero eso fue su más grande y único error.

Suspiró─ Hay tantas cosas que no sabes ─respondió con una sonrisa melancólica.

Mikasa no se contuvo más. Se abalanzó a los brazos de Levi, se había dado cuenta, el estaba roto y ella sólo podía repararlo o más bien juntar sus piezas rotas.

─¿Sabes? yo estoy aquí para ti... no te juzgo, sé que haz pasado por mucho y es por eso que estas aquí. No importa que hayas hecho... después de todo eres un ser humano y yo más que nadie te comprendo...

El mayor la abrazó con fuerza ¿en verdad esa eran las palabras que necesitaba oir hace tiempo? No importaba si lo fueran, ahora más que nunca sabía que Mikasa era perfecta.

Podía oir el latir de su corazón agitado y eso la hizo estremecer. Los brazos de Levi se sentían cálidos y acogedores. Ella tiernamente escondió su rostro en el hueco de su cuello y asi se embriagó con su olor. El suspiraba aliviado, tenerla en sus brazos resulataba ser más placentero de lo que imaginó.

Tiernamente depósito un beso en su frente haciendo que ella sonriera.

─Mikasa... ─ella sólo lo observó con determinación, asi supo que tenía su atención─. Si algún día dijéramos adiós, prometeme una cosa. Que un día seguirás adelante. Harás tu propia vida y serás feliz. Que encontrarás a alguien a quien amar y me dejarás atrás... Prometemelo.

─Te lo prometo...

(EDITADO)

Un Fantasma llamado Levi AckermanWhere stories live. Discover now