*̥˚ CAPÍTULO 4 *̥˚

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Conviviendo

La tensión entre ambos se podía percibir a simple vista. Ambos peleaban intensamente en un simple contacto visual. Sus respiraciones chocaban una con la otra y sus miradas emanaban indignación.

Se contemplaban sin mediar ninguna palabra con un gesto despectivo de ambas partes.

Oh... si las miradas pudieran hablar...

Quizás aquellos dos podían transmitirse todo lo que pensaban mediante las palabras pero sus miradas ya lo decían todo sin ni siquiera pronunciar palabra alguna.

Aunque la tensión entre ambos era pésima sus miradas parecían conectarse por arte de magia. Como si estuvieran destinadas a conectarse de una forma inexplicable.

Ninguno quería romper esa conexión, pero no podían estar así por toda la eternidad. Mikasa sin contenerse más rompió el silencio en el que se hallaban en esa fría habitación.

─Tienes mucho qué explicar...

─Te equivocas, "tú" tienes mucho qué explicar... ─Levi no dejaba de mirar con desprecio a la azabache por irrumpir en su lecho tan repentinamente─. Primero que nada ¿Para qué has venido? Segundo, ¿Que no te enseñaron normas de higiene? Y tercero ¿Por qué no te largas de aquí?

─¡Oh! Es cierto no te lo he dicho ─contestó Mikasa de una forma sarcástica─. Primero que nada, he venido aquí para hablar contigo, enano, tuve que tomar medidas drásticas o no te dignarías a salir de tu oscuro lugar. Segundo, si, pero no para cumplirlas ante ti. Tercero, necesito hablar contigo o mejor dicho "necesitamos" hablar.

─¿Me estas diciendo que llenaste de bacterias mí habitación sólo para hablar conmigo?

Mikasa asintió un tanto satisfecha. Eso disgustó a Levi, quien se alejó a unos pocos pasos de la joven rompiendo así el contacto visual que tenían.

─Bien... habla antes de que te saque a patadas de aquí.

La azabache aclaró su garganta antes de hablar, balbuceó algunas palabras inentendibles para Levi quien observaba un poco desconfiado.

─Sólo quiero que nos llevemos bien. Se que eres un fantasma y la idea de convivir contigo es muy descabellada ¿Entiendes? Quisiera saber por qué estás aquí y por  qué soy la única que puede verte...

Levi respondió con un simple suspiro, sabía que la azabache no se detendría hasta saber el por que de su existencia pero le daba la razón ¿Quién podría vivir tranquilo sabiendo que hay un fantasma en su hogar? Aunque suene completamente absurdo. Mikasa tenía todo el derecho de saber la verdad.

─¿Sabes? Ni yo sé por qué existo ─suspiró─, tampoco tengo idea del por qué sólo tú puedes verme.

─Quisiera comprenderte... pero aún es confuso para mí, por lo menos quisiera llevarme bien contigo y tratar de ayudarte a entender porque estas aquí.

─¿Acaso me ayudaras a entender por qué estoy aquí?

─Quizá ─Mikasa apartó su mirada y la dirigió al techo desgastado y viejo, no comprendía porque había dicho eso pero tenía tanta curiosidad que no pudo callarse─. Tal vez así te ayude a descansar...

Levi quedó sorprendido ante lo dicho por la joven, aunque su rostro no reflejaba ninguna pizca de asombro. No era la primera vez que se lo decían pero se sentía tan sorprendido por el parecido hacía cierta joven del pasado que no pudo cumplir con esa promesa.

─¿Mikasa? ¿Qué sucede? ¿Por qué no bajas?

La señora Ackerman se encontraba en la entrada del ático llamando insistentemente a su hija.

─Disculpa debo de irme, pero eso no significa que nuestra conversación acabó ─replicó la chica entre susurros, cerrando después la entrada al ático.

Levi quedó en silencio por varios minutos. No quería que Mikasa se relacionara más con el, prefería mantenerse alejado de ella para no cometer los mismos errores del pasado, pero aún estaba a tiempo ¿O no?...

***


Los padres de Mikasa no tuvieron de otra que dejar sin ordenar el desastre que dejó la mudanza para ir de compras ya que varios objetos se destrozaron en el trayecto. A la menor de la família le alegró saber que tenía una oportunidad para hablar con el gasparin gruñón y tal vez le sobre algo de tiempo para ir con Sasha por un helado.

No perdió más tiempo, en cuanto vio alejarse a sus padres fue directo al ático. Si tenía suerte lo encontraría limpiando el ático o tal vez leyendo un libro... quizá.

Mikasa observó atenta el ático no se encontraba ningún alma literalmente, alzó una de sus finas cejas y llamó en reiteradas ocasiones a Levi pero este no se encontraba ahí. Luego emprendió camino a la biblioteca pero este tampoco se encontraba ahí, lo buscaba entre los pasillos, en las habitaciones pero no estaba.

¿Ahora dónde se metió?

Sintió un escalofrío que provocó que estornudara, tuvo un presentimiento y rápidamente observó en una de las tantas ventanas de la casa y pudo divisar al tan buscado enano gruñón sentado en el marco de la ventana. 

Este se encontraba observando un gran árbol seco, un tanto distraído ─fue lo que pensó Mikasa─ pero este hace rato se había percatado de su presencia.

─¿Cuántas veces debo de decírtelo? Cúbrete la nariz al estornudar, mocosa distraída ─Comentó sin dejar de mirar el gran árbol que yacía enfrente de él.

─Pensé que te habías ido ─respondió la joven tomando asiento cuidadosamente en el marco de la ventana donde se encontraba Levi.

Este bufo sin ganas y se fijó en las hojas del árbol, tenía muchas hojas nuevas y entre ellas flores que por primera vez florecían nunca imaginó ver a ese árbol crecer ahora lo verá madurar y quizá lo verá pudrirse como sucedió con el.

─¿Sucede algo?

─¿Que podría suceder?

La pelinegra se encogió de hombros y también observó aquel árbol tan espléndido que se encontraba en su hogar. Era extraño todo lo que vivía: esta sentada junto a un fantasma sin ni siquiera tenerle miedo al contrario, se sentía segura con su compañía, demasiado diría ella.

─Tengo las esperanzas de que tendremos una buena convivencia─pensó en voz alta.

─Si solo dejaras de ser una mocosa paranoica y distraída.

─Tal vez, si tu dejaras de ser un gasparin gruñón...

─¿Gasparin? ─dijo sarcástico y disgustado el de ojos azules.

Por parte de Mikasa hubo una risita que provocó al azabache una rara sensación, no lo quiso sentir pero ya era tarde.

─Podremos llevarnos bien.

─Quizá.

«Sí sólo me hubiera alejado de ti en ese momento...»

(EDITADO)

Un Fantasma llamado Levi AckermanWhere stories live. Discover now