˗ˏˋ Xiao | 🌪 ˎˊ˗

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           Era tan pequeña y frágil cuando él me miró por primera vez, sus ojos mostraban un brillo peculiar que nunca antes había experimentado. Si para un ser humano mi condición en aquel entonces ya era algo por lo que tratarme con sumo cuidado, para él siendo un adeptus que ha luchado contra el mal y vivido muchísimos años, probablemente sentiría que me desharía como arena entre sus manos. Él era el tan aclamado cazador de demonios, se encargaba de exorcizar al mal y ser más fuerte para proteger Liyue. Sin embargo, ese día presenció de primera mano el divino regalo de la vida, que aunque no era la primera vez que veía algo así en toda su existencia, esto en especial dejó una marca inigualable en el adeptus.

           Desde ese día se le dio un giro completo tanto a mi madre como a mi padre, pero en especial a mi querida madre. A diferencia de mi papá, ella solamente era una humana, aunque sí poseía una visión, pero no se dedicaba a pelear o aventurarse por lugares extremos, en realidad no hacía uso de su poder a menos que fuera realmente necesario, así que en realidad parecía una humana común más la mayor parte del tiempo. Yo era mitad adeptus y mitad humana como la señorita Ganyu y Yanfei, aunque yo era más parecida en actitud a la pelirrosa, la diferencia es que yo al cumplir los quince años decidí enfocarme en mi labor como adeptus, al principio mi madre, (TN), parecía insegura ya que no quería que me enfrentara a grandes peligros como lo hace mi padre, Xiao, pero al final accedió ya que no sería nadie más que Xiao quien me entrenaría.

           Mi padre era bastante estricto haciéndome levantar a las cuatro de la mañana para comenzar la práctica; se notaba bastante que no entendía por completo las emociones humanas. Pensando en esto varias veces me pregunté cómo fue que mis padres se enamoraron, más curiosa en realidad por cómo fue que Xiao experimentó ese sentimiento siendo un adeptus.

—Cariño —me levantó mi madre con amabilidad—. Tu padre te está esperando en la tercer zona ya; aquí tienes.

           Me hizo entrega de un desayuno ligero pero balanceado en una bolsa de papel marrón. Antes de salir corriendo en dirección a donde estaba Xiao, me lave la cara rápidamente para despertarme lo más posible. Me había quedado dormida y llegaría quince minutos tarde, sabía que esto significaba que me regañaría y me haría correr cincuenta vueltas a la relajatetera de montañas flotantes donde vivíamos. Esta era otra gran diferencia entre mis padres, mi madre era bastante más considerara y hacía las cosas con tacto, mi papá pocas veces mostraba alguna emoción y era bastante estricto en mi disciplina.

           Un día no soporté más la incógnita y en la cena familiar le pregunté a mi señora madre (TN) cómo fue que sucedieron las cosas entre ellos dos. Pude sentir como Xiao me miró de reojo al escuchar mi duda, mi madre casi se ahoga con el agua que bebía por unos momentos y rió nerviosa. Una vez que (TN) comenzó a decime la historia, mi padre simplemente siguió comiendo.

           Ese día descubrí una faceta de mi madre que no conocía. Cuando era más joven le encantaba salir en aventuras, conocer cada rincón del mundo era su objetivo y no paraba de viajar de un lado a otro hasta conseguirlo. Liyue era su penúltimo destino, y ahí fue cuando conoció a Xiao en la Posada Wangshu en la zona más alta del local, lugar al que no tenía permitido pasar, pero ella necesitaba tomar una increíble fotografía desde las alturas que solo podía tomar en ese punto. "Solo será una fotografía", pensó ella, "la tomaré rápido y me iré a mi habitación". Fue entonces que se encontró con el adeptus, parecía abatido, ni siquiera se tomó la molestia de desaparecer, simplemente pasaría como si fuera un humano más. (TN) se acercó para ver si necesitaba ayuda con algo; en un inicio creyó que podría ser parte del staff del Inn ya que estaba en una zona donde no se permitía el paso en ese momento, pero su vestimenta estrafalaria le indicaba que no era así.

           ¿Cómo había experimentado el amor Xiao? Fue algo complicado. Después de conocerse y encontrarse de "casualidad" por las tierras de Liyue, mi madre estaba segura de lo que sentía por el adeptus, aunque este no parecía darle ninguna señal de reciprocidad. No era nuevo el oír que un adeptus se enamorara de algún humano y formaran una familia, la señorita Ganyu y Yanfei era clara prueba de ello, sin embargo, Xiao nunca vio posible que algo así le pasara a él. No sabía qué emoción era esa, no podría etiquetarla en ese momento, pero sabía que experimentaba algo nuevo. Pareciera que no importaba si era humano, deidad, monstruo, todos por igual podrían caer en las manos del amor.

           Según mi madre, Xiao se le confesó de una forma inolvidable, aunque él no era bueno expresando sus sentimientos, la manera en la que lo dijo la hizo sentir la mujer más afortunada del universo entero. Pero justo cuando estaba por contarme el día en el que confesaron su amor, mi padre habló.

—Lihua, es hora de tu última ronda de entrenamiento —interrumpió el adeptus poniéndose de pie.

—¡Pero mi madre apenas iba a contar-!

—Lihua  —Xiao suspiró; yo simplemente inflé las mejillas y seguí a mi padre, sabía lo que ese tono de voz significaba.

           Supongo que esa será una historia para otro día.


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Publicación: jun. 19, 2021

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