Cap 43: Así Es Santiago

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Maratón 4/6

●○ SOFÍA ●○

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●○ SOFÍA ●○

Thiago me mira con esos ojazos esmeralda que puede que sea el ligero alcohol que esté haciendo más intenso todo, o capaz sea yo misma entregándome sin tapujos.
 
—No sabes cuánto te amo nena —Susurra en mi oído

—Fresita

—Fresita

—Fresita

Ese "fresita" ahogado en mi oído, ronco, lleno de sentimientos, de placer, de más.

Sonrío

(...)

Me despierto percibiendo su respiración en mi oído, sus manos encierran mi cuerpo.

¿Acaso cree que huiría de él?

Alzo la vista hasta verlo, sus ojos cerrados, sus largas pestañas a juego, sus labios entreabiertos y su pelo  desordenado que cae en ondas y amenaza con tapar parte de su cara.

Estoy resumiendo el cielo en la tierra.

(...)

—¿Por qué nunca hablas de tus padres? —Disparo sin saber si se enojaría.

Él hace una mueca de incomodidad, pero tiene la intención de responderme.

—No hay mucho que contar, trabajan en el extranjero. —Vienen muy poco a vernos. —Argumenta él relajado.

Asiento

Él se pierde un rato en el cielo y en el sonido del mar.

—Mi madre engañó a mi papá cuando yo estaba más joven —Suelta haciendo que le preste atención —Mi padre se lo perdonó, pero Lorenzo no. —Dice con pesadez —Mi hermano no le habla a nuestra madre desde que tenía 20 y yo 15. —Hace una pausa —Y él ahora tiene 30. —Concluye bajando el tono de voz.

Proceso toda la información en tiempo record.

—Como te imaginarás es complicado lidiar con eso —Mi hermano le ignora y yo la verdad no le tomo mucha importancia a nuestra madre. Creo que insistió en irse lejos para no ver como la rechazábamos ¿sabes? —Dice él nostálgico

—¿Y cómo te llevas con tu papá?
—Añado triste

—Trata de mandar a todo el mundo, supongo porque no puede mandarse ni su vida. La perdonó, pero no son felices Sofía. —Santiago me mira directamente —Eso es lo que duele, que no se aman y no lo aceptan. —En resumen mi vida familiar un asco, solo se salva mi relación con mi hermano. —Finaliza incorporándose.

—Sabes que me tienes a mi. —Vocalizo en modo protector

Él asiente

—Y contigo me basta y sobra. —Dice besando mi cabello. —¿Tienes hambre? —Comenta cambiando el tema

Niego

—Genial, porque no tenemos nada. Al menos que nos pongamos a pescar. —Anuncia en modo bromista

Asiento mirándole horrorizada.

 
—¿Quieres regresar ya? —Interroga al notar que intento obtener señal con mi móvil.
 
Asiento algo sofocada por el sol.

—Bucearé una media hora y luego nos iremos ¿de acuerdo amor? —Dice mirándome

—De acuerdo.

 
Sonrío y él me besa en la frente antes de colocarse sus lentes y de tirarse al mar. Paso todo el rato mirándole algunas veces mi corazón late fuerte al percatarse de que no sale a la superficie por aire, lo maldigo cuando aparece al lado contrario del yate.

¡No juegues con mi corazón así!

 
Decido tirarme con él, sus manos tratan de agarrar mi pie haciendo que me cabreé y que pierda la concentración mental que había conseguido, trago agua en medio de nuestra pelea acuática, entonces él deja de reírse y me ayuda a socorrerme.

 
—Mi amor ¿estás bien? —Suelta preocupado cuando me rodea con sus brazos bajo el agua.

 
—Casi me hundo por tu culpa. —Comento algo cortada.

 
—Discúlpame nena —Dispara mientras veo sus ojos verdes claros, como la laguna más pura del mundo.

De esos lugares que la distancia entre el cielo y la tierra,pareciese desaparecer... son un espejo del otro, el cielo se ve nítido y despejado sobre las aguas que a su vez te inspiran paz, pureza, te inspiran ganas de vivir en ellas por siempre.

Así es Santiago.

 
—No ha sido nada… —Suavizo mi voz, mientras nos mantenemos flotando.

 
—Me muero si te pasa algo. —Admite mirándome detenidamente.

 
—Lo sé y por eso es que te amo. —Digo elevando mi voz. —¡Es que te amo! —Repito esta vez con mayor fuerza, haciendo que me mire sonriendo.

¿Quién grita en medio del mar? ¿Para quién gritaría esta loca? Quizá piense ahora.

Capaz solo se lo grite a la vida y le haga saber que me ha hecho muy feliz.

 
Procedemos a subirnos al yate y él enciende el motor, concentrándose solo en eso. Yo me limito a observarlo a la vez que todo se mueve al ritmo de las olas.

 
Miro hacia el cielo feliz, sonriente, y agradeciéndole por el hombre más perfecto que me pudo ofrecer, es todo lo que necesitaba sin saberlo. Santiago no solo me ama, sino que me impulsa para que yo lo haga por mi misma, es de esos amores que te hacen mejores en todos los sentidos, que te muestran que eres tan valioso como jamás pensabas.

[ Santiago es el único que puede hacer que alcanze a ver la luna, cuando literal es de día. ]

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Eligiendo AmarteWhere stories live. Discover now