Cap 38: ¡Te Quiero!

25 12 16
                                    

○● SANTIAGO ○●

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

○● SANTIAGO ○●

¿Estás seguro? —Atina sin rodeos en lo que ve la confusión en mi rostro.

 
—Lo estaba hace 5 minutos Lorenzo. —Concluyo mirándolo serio.

 
—Me lo imaginé, sé que la única persona que puede influirte está allá afuera. —Suelta en lo que ojea los papeles que le he traído como evidencia de mi trabajo estos meses fuera.

 
—Mañana te traigo una respuesta —Digo sin remedio, mientras guardo la carta de mi renuncia en mi mochila.

 
Él me mira divertido.

 
—Te queda bien ese look, aunque trata de ser más original. —Alardea mostrando su barba más madura.

 
Me río en su cara antes de  girar el cerrojo.

 
—¿Qué es esto? —Dice detrás de mí, obligándome a voltearme.

 
Sonrío al ver que lee el contenido de mi carpeta azul.

 
—Has escrito. —Vocaliza incrédulo.
 
Asiento.

 
—Cuando puedas hacerte cargo de mi proyecto me avisas.

 
—Pero es que has escrito —Sigue diciendo atónito.

 
—El final es como te gustan, trágico. Haré una segunda parte de esa obra titulada “La Diosa Y El Mortal Volumen 2” —Menciono sin más.

 
Él asiente mientras me ordena que me retire para concentrarse en mi contenido.

 
(…)

 
Estoy preparando unos panqueques exclusivos para Dover, desde que llegué anoche no ha parado de moverme la cola y seguirme para todos lados de la casa, Dover se ha crecido increíblemente. 7 meses sin mi perro ha sido doloroso para mí también.
 
Ladra mientras está echado como una estatua al lado de mi pie, a pesar que le he advertido que se puede quemar por el aceite caliente, mi can no quiere volver a despegarse de mí.
 
Mientras termino de servirle su cena humana solo por hoy, tocan la puerta. Cuando abro me encuentro con fresita, quien mueve sus manos como si se quitara algún anillo fantasma, reacciono al darme cuenta que usa la pulsera de perlas que le hice en San Blas.

 
—Quiero que no te vayas y no me voy hasta que prometas que no te irás nuevamente de mi vida. —Suelta frenética.
 
 
Agrando los ojos antes de mirarla divertido, le ofrezco pasar y cierro la puerta. Al darme la vuelta Dover la está atacando a lo que ella lo saluda cálidamente también.

Eligiendo AmarteWhere stories live. Discover now