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Reconociste el dulce aroma de panqueques recién hechos. Abres los ojos esperando encontrarte con Nanami al lado, pero luego caíste en cuenta que estaba en la cocina. La puerta de la habitación estaba entre abierta.
"But now you take my breath away. Suddenly you're in my life," Te encantaba que Nanami no le preocupaba cantar con pasión. Te levantas de la cama tomando su camisola negra, tomas tus bragas para ponértelas y salir a la cocina. Te recargas en el marco de la pared para verlo cantar, hacer desayuno sin camiseta, solo con unos pantalones de franela y al rededor de su torso, un delantal de color blanco. Su tonificado cuerpo resaltaba por ello.
Muerdes tu labio imaginándote varias escenas de adultos con él, te cruzas de brazos y caminas hasta donde él te daba la espalda. Lo abrazas por detrás mientras dejaba unos panqueques en el plato.
"Oh, buenos días linda." Alza el sartén y la pala de plástico. Te aferras a él y sonríe. "Esa es tu canción."
More than a woman de los Bee Gees.
"More than a woman, more than a woman to me," Deja las cosas en la barra y se da vuelta para abrazarte igual y bailar al ritmo de la canción de los 70's. Canta mirándote y haciendo que des vueltas en tu propio eje despacio. Se escuchaban risas por parte de ambos, Nanami aplaudía mientras que tú bailabas sin dejar de reír. "Me encantas." Te toma de la cintura y te sienta en la barra haciendo los panqueques a un lado. Se recarga en la barra poniendo cada brazo enseguida de ti, acercando su rostro con el tuyo.
"Se va a enfriar el desayuno." Dices acomodando su cabello.
"¿Quién dijo que eso era el desayuno, señorita (T/A)?" Debías admitir que el profesionalismo te hacía sentir más caliente por dentro. "Se mira muy divina con mi camisola."
Él comenzó besando tu cuello primero, dejando marcas de saliva por todo el camino hasta tu clavícula. Tus piernas se enroscan en él cuando desabotona la camisola y tu pecho queda al aire libre. Nanami toma el extremo de tus bragas y las baja mientras que con una mano te levanta para poder sacarlas y quedar sin ropa interior. Los besos bajan hasta tu vientre y así llegan a tu sexo.
Sostienes la cabeza de Nanami mientras sientes su lengua deslizarse por tus pliegues. La canción de fondo lo hacía más excitante, la voz de los cantantes eran dulces y te hacían querer moverte.
Succionando cada parte de ti, lamiendo cada rincón, casi te corrías al instante que insertó un dedo. Se puso a tu altura, besándote los labios con sabor a ti.
