Recuerda la mirada de Shouyou al recibir la noticia, ve el hambre de sus ojos cafés que quieren devorar el mundo. Sin embargo, también nota preocupación, ansiedad y sobre todo, miedo.

Mientras el resto del equipo no reacciona, porque ninguno sabe al igual que Tobio lo que sucede.

—¿Qué cosa? —El pelinegro rompe el silencio. "¿Escuché bien? ¿Dijo...?".

—¿Brasil? —Esta vez Yamaguchi pregunta sorprendido, la lengua se traba buscando que palabras decir.

Takeda palidece, parece ser que no sabía que era un secreto. Hinata se coloca frente a él y agradece poniendo su mejor sonrisa aunque puede notar sus comisuras apretadas por la presión.

El pelirrojo encara al equipo que está en su formación tradicional de media luna, todos lo observan intrigados, quieren respuestas. Y el as del equipo va a dárselas.

—Amigos... El entrenador Washijou de Shiratorizawa me recomendó con un ex capitán de su equipo, que también fue jugador seleccionado por Brasil en su equipo de voleibol nacional. —Lo pueden notar en la manía de Hinata de enrollarse el pelo entre los dedos apareciendo— Me han hecho pruebas durante este año para ser candidato para una beca y entrenar en un intensivo.

Todos tienen diferentes reacciones, hay ilusión en muchos, orgullo que no se había manifestado antes, y por ahí, la persona que más le importa, se ve herida. Hinata siente su propio llanto asomándose, suelta las siguientes palabras a borbotones:

—Me voy a Río terminando el año escolar.

Y es ahí cuando la sobredosis de emociones de Kageyama arremetió contra él.


---


Cuando Tobio vuelve a la sala del club para recoger sus cosas e irse, se topa con su pareja. Está con la cara entre las rodillas flexionadas. Al notar su presencia, Shouyou se incorpora lento, pesado. Puede notar que ha llorado.

—No sabía que me aceptarían. —Hinata es quien comienza el diálogo. Esto le lanza una descarga eléctrica a sus neuronas, la desconfianza propia le purga.

—Cómo no iban a hacerlo. Eres un gran jugador ofensivo. —Tobio quiere arrancarse el cabello del coraje— ¿Por qué no me dijiste que habías hecho la prueba, idiota?

El pelirrojo se apoya en la pared. Kageyama lo imita, ambos sueltan un suspiro bastante largo.

—Todavía leo los mismos comentarios en las revistas, en los blogs. Nadie cree que puedo ser un jugador completo, me ven como un complemento. Después de tanto...

—Hinata.

—Tobio, tú ya eres increíble por ti mismo. Es la misma conversación que tuvimos en Tokio después de perder las eliminatorias con Oikawa-san. —La voz quebrada de Hinata lo rompe, no solo contiene lágrimas sin salir, está repleta de impotencia— Si no lo entendiste en ese momento, menos lo harás ahora. Y no necesito que lo hagas, solo quiero ser mejor.

—¡No tienes que irte para hacerlo!

—¡Si tengo! Yo estoy respetando tus planes, ¿Por qué te cuesta aceptar los míos?

—Porque prometimos ser los últimos en permanecer en la cancha.

Hinata niega, a él le duele ser quien diga las cosas con honestidad, sin embargo al cabeza dura de su pareja sabe que le irá peor al escucharlas. No hay otra opción.

—Si lo prometimos. Pero no juntos. —Hinata se aparta del muro y se coloca frente a él, su vista relampaguea, es esa mirada carnívora que le pone a cualquier rival los pelos de punta— Primero juré que te derrotaría. Antes que un compañero o mi novio, primero fuiste mi rival, aún lo eres.

Kageyama sonríe apagado ante la declaración de guerra furtiva, no se compara a la primera vez, en esta ocasión le pesa y corroe en su imaginación verlo partir.

—Shouyou, te necesito.

—No voy a cambiar de opinión.

—Al menos responde mi pregunta.

"¿Por qué no me dijiste que habías hecho la prueba, idiota?" Se repite dentro de su cabeza, mientras trepa a su bicicleta. Ignora la cara que está poniendo su pareja en este momento porque sabe que será difícil mantener la cordura. Carraspea antes de responder.

—No quería hacer expectativas. Si me negaban la oportunidad tú ibas a pensar en un plan para llevarme contigo. —Niega con la cabeza, su sobreanalitico novio buscaría las formas, es algo que ama y odia de él— Sabemos que eso no iba a funcionar, me falta mucho para poder competir como tu lo haces, y antes de conocerme ya tenías tus planes. Quiero crecer, piensalo y hazme saber si me darás tu apoyo en esto.

La bicicleta de Hinata se aleja con el pedaleo constante dejando a Tobio quien cada vez se hace más pequeño por la distancia. El armador en cambio se deja hundir con su peso sobre el concreto de la banqueta, está demasiado ocupado pensando si es lo correcto dejarlo ir.

Después de ver en su propia cabeza un futuro a su lado mil veces, ¿Cómo sobreviviría a esto?

Un mundo con Shouyou era ruido por doquier, y ya se había acostumbrado a escucharlo.

Crónicas de homos primerizosWhere stories live. Discover now