Bernarda es una chica que perdió a toda su familia muy joven por ende le transfirieron a un orfanato hay la vida no a sido fácil desde que llegó sus problemas con las drogas, sus ataques de ansiedad, los abusos que ha recibido a lo largo de su vida...
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𝑩𝑬𝑹𝑵𝑨𝑹𝑫𝑨
- Amor - ¿amor? ¿Quién es?, siento como me acarician mi rostro con suavidad mientras me vuelven a repetir la misma palabra - Amor abre los ojos - pide esa voz, poco a poco abro los ojos y lo primero que veo es a un Nicolás sonriente frente a mi
- Buenos días princesa - ¿Princesa? me levanto bruscamente ocasionando que me dé una fuerte punzada en mi cabeza
- ¡Au! ¡Joder! - escucho la risa de Nicolás - No te burles idiota - me quejo, ¿Qué mierda ocurrió?
- Ya ya no te enojes mira - me tiende un vaso de jugo y una pastilla - Te traje una pastilla para la resaca y un rico jugo de naranja - agarro la pastilla y el jugo, y me lo tomo
-Gracias - le agradezco, nos quedamos en silencio debo preguntarle si o si - Nicolás ¿te puedo preguntar algo? - asiente
-Claro, dime
- ¿Qué paso anoche? - necesito saber ya tengo una idea en mi cabeza, pero quiero que él me lo confirme
- ¿No recuerdas nada?
-No Nicolás no recuerdo nada por eso te pregunto ¿no te parece? - me molesta cuando me responden con otra pregunta sobre todo cuando necesito saber las cosas
- Cálmate no te enojes Berny ¿Si? Por favor – pide, ruedo los ojos
-Entonces dime de una buena vez – suspira y mira para otro lado, oh no eso no me gusta para nada
-Berny tu y yo...- duda y baja la mirada – Tu y yo anoche...
-Anoche, ¿Qué?
-Nos acostamos – me atraganto con el jugo y comienzo a toser como loca, Nicolás inmediatamente se levanta preocupado y se acerca a darme golpecitos en la espalda para que me calme, ya cuando logro tranquilizarme me separo de Nicolás como si tuviera lepra
-No te me acerques – se queda embobado viéndome
Pendeja estas desnuda
Joder
-Toma – me tiende su camiseta para que me cubra rápidamente la agarro y me pongo, ya puesta la camiseta me quedo en silencio analizando las palabras de Nicolás nos acostamos esas doce letras me carcomen mi cabeza en este momento
-Te aprovechaste de que estaba ebria – le acuso, me mira molesto
- ¿Qué estupidez dices? - suelta mientras frunce el ceño
-No son estupideces Nicolás es la verdad, sabias perfectamente que estaba ebria y no te importo ¡Maldita sea! – le grito mientras le apunto con el dedo - ¡No te importo una mierda joder!
- ¡Claro que me importo! - grita de repente haciendo que brinque asustada - ¡Claro que pensé en lo que podía pasar después! ¡Sabía que esto iba pasar joder, pero quise arriesgarme! ¡Porque estoy enamorado de ti! ¡Porque siento cosas por ti! – suelto una risa sarcástica