—Bueno... eh... pues n-no fue mi intención escucharlo.

No, no, ahora no por favor.

Tape mi boca para no volver a tartamudear y ella me las bajo.

—Tranquila, no te preocupes —negó con la cabeza— eres mi amiga.

Su semblante flaqueo y vi como parpadeaba rápidamente para contener sus lágrimas,

—¿Quieres... quieres contarme?

Fue entonces cuando sus lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y se le escapo un jadeo, la guie a hacia una mesa, la más alejada.

—Hace un año Noah yo... yo tuve un accidente en moto, según mi hermano salí muy grave de todo ello, me golpee la cabeza y algo me dijeron sobre mi pierna que no recuerdo muy bien que era. Yo estuve en coma durante el año pasado por el golpe de mi cabeza.

No me lo podía creer, si de algo le afectaba su accidente no se le notaba para nada. Me conto como se sentía luego de haber despertado hace unas pocas semanas y no era nada comparado a lo que demostraba.

—¿Por qué no me di cuenta?

—¿De qué cosa?

—Lexie, de cómo te sentías con eso. Las inseguridades que te genero ese puto accidente.

Se encogió de hombros.

—No quiero que America tenga otra cosa con la que atacarme. Por cierto America ahora es la novia de Sam.

Fruncí el ceño, tratando de memorizar sus nombres.

—¿Quién es Sam? —dije medio en broma. Por suerte sonrió y golpeo mi mano.

Tenía la mano pesada.

—Sam es... bueno era nuestro amigo, ¿para mí? Era más que eso, yo estoy enamorada del desde hace años Noah ¡años! Y cuando finalmente quise confesarme decirle los putos sentimientos que siento por el ocurre un accidente. —Bajo la cabeza mirando sus manos en su regazo— creí que las cosas seguían como habían quedado pero... Samuel y America ahora son novios.

Que hijo de puta.

—¿Pero esa chica te odia no? —asintió— ¿y Samuel lo sabía? —Asintió otra vez— y entonces... ay no que hijo de puta Lexie.

Ay no... que coraje dios.

Ella rio por lo bajo.

—¿Qué?

—Nunca te había oído maldecir, ¿te lo estaré pegando? —Abrió mucho los ojos— ¿estoy siendo muy grosera?

—¡No, no, no! Para nada.

—Es que a veces no me controlo —pareció recordar algo por qué volvió a emocionarse y golpeo mi mano— ¡¿sabes que hice anoche con Logan?!

—¿Qué? ¡Cuenta, cuenta!

—Nos colamos en la casa de America y Samuel. ¡Le destruimos los maquillajes a America y le tire su ropa a la piscina! Y eso no fue lo mejor ¡Logan y yo le rayamos el coche a Samuel!

¡Oh santa mierda!

Reímos a carcajadas y nos llevamos un regaño por las personas sentadas allí.

—Esa cabrona se lo merecía y ese gilipollas de Sami también.

Seguimos burlándonos de ese Samuel hasta que se me ocurrió una idea.

—¿Sabes qué?

—¿Qué?

Sedúceme como quieras #2 ©Where stories live. Discover now