Candela 25💚

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Tras cenar en la cocina con Paulina, porque no quise ver la cara agria de Estela, y pasarme tres horas mirando por la ventana hasta que la prensa se hartó de esperar su exclusiva, he dormido de pena.

     Pero ya hoy me levanto con cara de pocker, porque tengo un as en la manga. Es lo que tiene darle vueltas al coco durante tantas horas de insomnio, ¿no? 

     Tximo me ha llamado para decirme que pasará a desayunar conmigo y a traer el condenado vestido de novia. Yo creo que viene a cotillear sobre el programa de Laia. No me importa, para ser el único confidente que tengo fuera de esta casa, y más concretamente mi maestro en la unión de almas, que me venga a dar la tabarra lo que quiera, y más si va hacerme un favor a cambio. 

     Necesito un cómplice para lo que voy a hacer. 

     —Buenos días —digo entrando al comedor.

     Ante todo educación, que para perderla ya lo haré cuando le vomite encima a esta mujer. 

     —Niña, respeta. Yo no te eduqué así —me diría la abuela. 

     «Por eso he dado los buenos días, abuela». Y de poder guiñarle el ojo lo haría. 

     Estela me mira sonriendo. Esa mueca de botox no es sincera, ni de coña le saldría siendo Noelia la destinataria. 

      —Buenos días, querida, ¿has dormido bien? Ayer se formó un gran revuelo ahí fuera con el programa de Laia, fue imposible pegar ojo con semejante ruido. Siento decirte que salí a dar mi impresión. 

     «¡Bingo! Le ha tocado el acumulado, señora, pase a recoger su premio».

     Han sido un total de cinco noches perdidas de intimidad con Asier, tres al menos por su culpa, junto a insultos, desprecios y guarradas planificadas que no le puedo pasar por alto. Y tiene el acumulado por su testimonio en antena y la de años que ha debido soportarla Noelia,  Ella no es mi alma gemela y no la conozco todavía como amiga, pero metida en su piel que estoy no puedo más que sentir afinidad por esa gran mujer.

     De esta, mando al infierno a “mi suegra” sin remite porque le provoco un ataque al corazón. 

     —Todo lo bien que se puede dormir cuando trato de averiguar el nombre de la mujer que has contratado para meterse entre Asier y yo. Cuando no dejo de pensar en cómo dejar las cuentas de tu hijo al descubierto para que vea lo que has hecho con su dinero. Cuando me muerdo la lengua para no buscar a tu marido y contarle de tu amante, el italiano playboy ese. Pero sobre todo, sobre todo, querida Estela, cuando procuro con todas mis fuerzas controlar mis manos para no tirarte del jodido pelo cardado que llevas. Sí, he dormido bien, gracias. —Y me sirvo yo sola el café y un trozo de tarta de chocolate. ¡Qué a gusto me he quedado, coño! Y sé que mi abuela me aplaude allí donde esté. 

     El tenedor de Estela suena contra el plato, en su caída, la boca la sigue teniendo abierta. Que lo considere una ruptura de paz. 

     No soy Noelia, no gritaré, pero ya no seré la estúpida Candela tampoco, que por no crear un conflicto con Asier se ha controlado tantos días con la bruja de su madre. 

     —¡Preciosa! —grita Tximo entrando al comedor seguido de Paulina.

     No oí la puerta. Tan puntual como le pedí que fuese para salir de viaje. 

     Se ha perdido mi ataque a Estela, pero si espera un segundo, verá cómo esta insufrible mujer me devuelve el misil que le he lanzado. Tximo podrá vernos en acción. 

     Solo que me equivoco. Estela se calla delante de él. 

     La mujer se ha levantado, tirando la silla al suelo y arrojado la servilleta sobre el zumo, derramándolo en el mantel. Saca su culo prieto por la puerta y grita que se las pagaré, cuando cree que no podemos oírla. 

EMBRUJO DE ALMASWhere stories live. Discover now