CALEB ANDERSONLlevamos la mitad de camino.
De pronto, un fuerte dolor hace que me frene en seco y me caiga al suelo.
— Auch, mi tobillo.
— Tío ¿estas bien? — me pregunta Connor alarmado mientras frena con cuidado para no caerse.
Me llevo las manos al tobillo — De pronto me ha empezado a doler, como si me lo hubiese torcido, pero no ha sido así... al menos eso creo.
— ¿Puedes andar? — interviene Chase acercándose a mi, mientras extiende su mano para que me ayude con ella.
Cojo su mano e intento levantarme, usando el otro pie de apoyo. Una vez de pie, intento descansar el otro pie en el suelo pero según tocarlo, un fuerte dolor se expande por el.
— Mierda, puede que si este torcido. — digo entre dientes.
— Puede que tengamos que llevarlo al hospital después de todo. — dice Ron buscando la mirada de aprobación de Chase y Connor.
— Ni de broma. — dice el segundo. ¿Qué pasa con la misión?! ¡¿y que dirán nuestros padres cuando algún medico les diga que estábamos a 15 minutos en bici de donde tendríamos que estar?!
— ¿Connor estas de coña no? — le pregunta Chase asombrado por su egocéntrico comentario. — ¿Me estas diciendo que tu mejor amigo, que además, es el capitán del equipo, se acaba de torcer el tobillo y a ti lo único que te importa es vengarte de los cuatro panolis envidiosos que han entrado en nuestro instituto a garabatear todo como si tuvieran 5 años?
Connor se queda callado por las palabras del pelirrojo.
— Ron llama a urgencias. — ordena Chase mientras me ayuda a volver a sentarme, esta vez en el borde de la acera.
Ron saca su móvil del bolsillo y empieza a marcar, después lo pone en modo altavoz para que todos escuchemos.
— Servicio de urgencias, ¿Cuál es el problema? — dice una voz femenina al otro lado de la linea.
— Hola, necesitamos una ambulancia. — dice el.
— Pulse "1" para enviar automáticamente la ubicación. — dice, esta vez una voz robótica estilo buzón de voz.
Ron lo pulsa. — Muchas gracias. Una ambulancia esta de camino. — contesta la voz.
VERÓNICA LINCOLN
Ahí estaba yo, tirada en el sofá con el pie cubierto por una bolsa de guisantes congelados.
— Lo siento por arruinar la fiesta chicos, que torpe soy. — digo cabizbaja.
— Verónica no has arruinado nada, eso le podría haber pasado a cualquiera. — me contesta Yanet posicionando su mano en mi hombro.
Stuart asiente dándole la razón mientras se lleva un cacho gigantesco de pizza a la boca.
— Por lo menos has llegando a coger la tarjeta para pagar la comida. — bromea Fred con un durum entre las manos.
— Vamos a ver como va. — interviene Yanet mientras se acerca a mi pie y levanta la bolsa de guisantes.
La cara de Yanet cambia por completo y se gira a mirar a Fred y Stuart.
Dirijo la mirada hasta el pie, el cual esta extremadamente hinchado y de un color entre verde y lila.
— Madre mía, ¿eso es un pie o una berenjena? — suelta Fred con cara de espanto, a lo que Yanet le dedica una mirada asesina insinuándole que no sea tan descarado.
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El hilo que nos une.
Teen Fiction[EN PARON, PENDIENTE DE ACTUALIZAR] Habían oído hablar del hilo rojo del destino, pero nunca se podrían haber imaginado que algo así existiera entre ellos. Dos personas que se habían odiado durante prácticamente toda su vida. Lo que no saben, es que...