08

522 96 13
                                    


La vida no era nada fácil, lo supe durante la semana siguiente, donde Jungkook corría junto a mí para mejorar mi velocidad. Aunque él nunca hacia mucho ejercicio, solo trotaba para animarme o burlarse, cualquiera de los dos casos, me daba ganas de patear su linda cara de conejo mimado.

Había tenido la suerte que mis padres llegaran tarde y no sospecharan que estaba intentando recuperar mis notas de la manera más humillante que existe, por puntos extras. Llegaba tan cansada, que dormía de largo y luego debía despertarme en la madrugada para poder realizar mis tareas y nadie sospechara. Mis hermanas de vez en cuando me miraban extrañadas por dormir tan temprano, pero me excusaba diciendo que era por el arduo estudio. La cosa parecía ir todo bien, pero entonces llego el momento de practicar los circuitos de agilidad.

Gracias a que no se sabía exactamente como serian, ya que todos los años cambiaba, Jungkook me llevo hacia gimnasia y lo vi colocar llantas que usábamos en clases de Deporte. Conos en diferentes lugares, sogas con nudos que con arduo trabajo Jungkook hizo, solo para complicar mi vida, una malla de voleibol en el suelo y al final, una campana que el sostenía.

—¿Tengo que hacer esto? —pregunte sintiéndome cansada sin siquiera hacer nada.

—Sí, solo quedan cuatro días antes del viernes y aunque mejoraste mucho en carreras, no sé cómo te desenvuelves en circuitos.

Jeon hablaba como un nato entrenador de deporte, no me sorprendería si llegara a quitarle el puesto al profesor Woon, resople resignada. Estire los brazos, las piernas, había venido preparada, pantalones de deporte color negro, un polo plomo y mi cabello atado en una coleta alta. Me sacudí las manos colocándome en la posición de salida esperando el sonido del silbato. Apenas lo escuché, salí corriendo. Primero me topé con las llantas, salte de un lado a otro dentro de ellas. Luego tuve que rodar una hasta tocar la malla. Me tire al suelo frío y me arrastre debajo, los codos me dolieron por la fuerza. Cuando salí de ahí, continúe con los conos, tuve que dar vueltas varias veces por cada uno. Sintiendo mi corazón a mil, corrí para llegar a las sogas y desatar los nudos que Jungkook hablando hecho, con mi estrés a mil y mi poca paciencia, logré hacerlo. Di unos diez saltos en ella y con mis pocas fuerzas llegué donde Jeon y salte para tocar la campana que él tenía en su mano en lo alto.

—¡Lo lograste, Selene!

Asentí para tirarme al suelo y morir en silencio. Escuche pasos alejarse y luego de unos segundos, una botella de agua a mi costado. Con lentitud me senté en el suelo y abrí la botella para beber todo lo que podía.

—S-siento que mi corazón saldrá corriendo —jadeo observando como Jeon se sentaba a mi costado y empezaba a secar mi rostro con una toalla blanca.

—¿Tú corazón no querrá participar en la carrera en vez de ti?

Lo empuje un poco en modo amistoso y le quite la toalla de las manos para limpiarme yo sola, no era tan inútil. Cuando terminé todo el contenido de la botella, me recosté en el frío suelo y Jeon imito mi acción.

Los dos nos quedamos en silencio observando al techo.

—¿Hace cuánto ingresaste a esta escuela? —pregunte de la nada.

Gire mi rostro para ver su perfil, note una cicatriz en su mejilla y un lunar en su cuello.

—Seis meses.

Puso un brazo detrás de su nuca y suspiro.

—Nunca te había visto hasta hace unas semanas.

—¿El día qué casi mueres atragantada? —sonrió quizás burlándose de mí.

Asentí con la cabeza a pesar de que no me viera.

—Es raro, eres el primer ser humano fuera de mi familia, que soporto.

—Vaya, me soportas y yo que estaba empezando a considerarte parte de mi círculo cercano —fingió estar dolido.

Volteo a verme y aunque nuestros rostros estaban cerca, lo ignore, de nuevo. Solté una risa.

—Te soporto, es un grande avance Apenas nos conocemos.

Jungkook cerró los ojos al parecer cansado a pesar de no ser él quien había hecho el circuito. Sus cabellos negros caían en ondas por sus cejas y se esparcían algunos mechones cortos en el suelo. La luz artificial de los focos, alumbraba su rostro de una forma casi angelical. Ya quisiera verme así tirada en el suelo, lo más probable es que pareciera un viejo trapo sucio como decía Jeon.

—Buen punto, recién nos conocemos, pero eres lo más cercano a una amiga que tengo.

—Supongo que tienes muchos amigos hombres y quieres ser inclusivo.

Sonrió sin abrir los ojos y permitiendo que lo viera un poco más sin miedo a que me atrapara.

—Digamos que eres la primera mujer que no piensa que soy un fuckboy, que no me ve como un objeto sexual y la primera en verme fumar y no salir corriendo.

Se vio muy tierno incluso diciendo eso. No podía creer que la gente lo viera como todo un macho malote. Cuando solo debías verlo sonreír y escuchar sus monólogos para darte cuenta que era simplemente Jungkook, un estudiante con facilidad para socializar y una sonrisa de conejo mimado.

—Confieso que al principio pensé que eras un fuckboy salido de una historia cliché.

Abrió sus ojos y parpadeo lento sin dejar de verme.

—¿Cómo te quitaste esa primera impresión de mí? —pregunto curioso.

—Te vi sonreír.

La sonrisa que mostró luego de decir aquello, fue enorme y sincera. Una que me alegro genuinamente mi día.

—Yo te vi atragantarte en medio del invierno, así supe que eras la indicada.

—¿La indicada para qué? —cuestione entre susurros.

Gracias a la cercanía, hablar incluso se escuchaba como gritos.

Jungkook se encogió los hombros.

—Solo fuiste la indicada, sin motivo alguno. Buscar la respuesta en un encuentro entre extraños una mañana de invierno sería tonto.

—¿Por qué tonto?

Golpeo con delicadeza mi entrecejo y suspiro.

—Porque al destino no hay que buscarle razón...

...

La flor no busco razón del porqué de los cuidados del jardinero, solo disfruto de lo que el destino le habla regalado.

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora