Sin embargo, él también se había ausentado y no sabía que estupideces hubiese podido hacer su jefe... solo él podría confirmarle que todo estaba bien y que podrían olvidar el tema. Tomó de nuevo su teléfono y le marcó insistentemente — ¿Qué estará pasando? — musitó para sus adentros al escuchar el repiqueteo del tono, pero no recibir respuesta.

....

Alexz lo miro con repulsión... — Yo... — Dominic titubeó cuando su celular comenzó a sonar de manera repetitiva... trato de ignorarlo, pero la llamada era insistente. Se encamino a paso ligero para salir de la habitación... — ¿Qué pasa?

— ¿Todo bien?

Dominic inhalo con fuerza — Si, ¿alguna novedad?

— Ninguna, Warren ya debió deshacerse del auto. Pero estoy preocupado.

— No le voy hacer nada Clay, ya te expliqué ¡coño!

Clay sonrió — No hablo de Alexz, me refiero a la casa... deben estar volteando todo para encontrar algo que puedan usar en tu contra. No dejaste nada comprometedor ¿verdad?

El silencio traspaso la línea, Dominic se pasó la mano por su cabeza y maldijo por lo bajito — No dejaste nada ¿verdad? — insistió Clay.

— La caja fuerte.

— ¡mierda! No hablas enserio, siempre eres precavido con todo.

La respiración de Dominic se aceleró, se había jodido todo... estaba malditamente perdido. Con esa información descubrirían quien era. Maldita sea, con toda desaparición de Alexz, lidiar con Madie, el tema de Abril, la entrada de Grace a su vida y el regreso de Alexz no le permitieron pensar con claridad... había dejado uno de los cabos más importantes suelto.

— ¡llama a alguno de nuestros contactos de la agencia! ¡recupérala! — Escupió alterado.

— ¡Carajo Dominic!, no es tan sencillo. Crees que no tienen toda esa evidencia fuertemente custodiada, y si no fuera así ¿Crees que no la han visto?

— ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

La conversación lo exalto tanto que Alexz salió para ver a Dominic manoteando de un lado para otro, maldiciendo una y otra vez sin entender que pasaba... se veía muy enojado. Se quedo parada en una esquina de la sala esperando a que terminará su acalorada discusión. Necesitaba irse, y se iría con o sin su aprobación...

...

Cuando Blaze volvió la evidencia ya se la habían llevado — ¿Estás bien amigo? — Preguntó Nael preocupado.

— Es complicado procesar toda esta mierda, ¿ya sabes? -ingresó a su oficina y tomo asiento delante de su compañero — Hace solo un tiempo ella era solo una chica normal, con su madre enferma y sus problemas como cualquier otro. Jamás creí que mis dos mundos podrían unirse.

— Lo sé, es una completa mierda.

— Como sea, creo que necesito acabar con esto y empezar de nuevo. -Nael asintió — ¿y los videos?

El gesto en la cara de Nael cambio — Bueno, respecto a eso... creo que no es buena idea que los veas.

Blaze frunció el ceño sin entender — ¿Qué tienen?

— Te dije que ese tipo Dominic está bastante enfermo... todas las cintas son de tu chica teniendo sexo con personajes realmente importantes, te asombrarías. De hecho, creo que muy pronto esto será el escandalo realmente mediático.

El rostro de Blaze perdió el color y su mirada se tornó fría — ¡¿Dominic?!

— Amigo creo que solo te enfocaste en leer el título de la partida de matrimonio... pero ese documento lo es todo. Ya sabemos quien es Demon.

Blaze se puso de pie de inmediato, era cierto... se había ofuscado tanto con leer el titulo que paso por desapercibido los nombres y allí justo allí estaba el nombre real del maldito hijo de puta. — ¿Dominic qué?

— Dominic Ferrer.

Al nombre hizo eco en su cabeza, no podía ser cierto... eso era imposible, Dominic Ferrer era uno de los empresarios más ricos, ¿cómo podía ser Demon? ¿cómo pudo ocultar esa doble vida siendo tan importante? — ¿me estás jodiendo?

— No, te lo dije... será un escandalo ¿te imaginas?, de empresario rico e intachable a delincuente con nexos de trata de personas... los medios lo van acabar.

— ¡No! Mientras lo buscamos y lo capturamos no filtraremos ninguna información, quiero su cara en todos los medios cuando por fin lo tengamos esposado.

...

Gracias por leerme. 

Anggie M. 

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora