Capítulo 04

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Él quería una amiga como yo. Nadie ha querido una amiga como yo antes. Bueno, sí, pero ahora a mí también me gustaría.

Pero es algo imposible, porque yo soy algo así como una escoria y él es un cantante. ¿Por qué querría ser mi amigo? Bueno, él no dijo exactamente que quería ser mi amigo. Más bien dijo "una amiga como tú" y eso abarca mucho, pueden haber muchas más como yo por ahí.

¿Por qué mejor no dejo de pensar en eso y me concentro en picar zanahorias?

- ¡Sunhee! que linda, no, que hermosa sorpresa - me sobresalté al escuchar la voz de Hajoon y solté el cuchillo al suelo.

- Me has asustado.

- Lo noté, lo lamento - me dijo mientras me devolvía el cuchillo - ¿Y cómo estás?

- Bien, gracias ¿tú cómo estás? - dije volviendo la mirada hacia él.

- Bien... ehm... te ví conversar con Lee Heeseung - sonó como si eso fuera algo extraño y malo. ¿Sólo porque era el jefe?

- Sí, hablamos... cosas. Tal vez para conocerme mejor ya que soy su empleada y...

- Él nunca ha hablado conmigo - me interrumpió.

- Tal vez porque soy nueva.

- Entré hace dos semanas, Sunhee. Y nunca he cruzado palabra con él. Nunca.

- Bueno, tal vez no se ha dado la ocasión. Y no volverá a hablarme, ya se enteró que no estoy aquí por su fama o porque quiera estar cerca de él. Así que déjalo, seguro mañana ni se acuerda de que una chica está en la cocina.

- ¿Cómo alguien se podría olvidar de ti? Tienes unos ojos muy bonitos - su comentario fue lindo y  se sumó a la lista de las muchas personas que lo habían dicho, pero Heeseung seguía en mi mente y era insuperable.

Tienes unos ojos preciosos.

No sé si fue la forma en que lo dijo, el tono de su voz, la oscuridad... No lo sé. Pero al sólo recordar su comentario un calor se hacía presente en mis mejillas.

- No era para que te sonrojaras - me comentó Hajoon y yo le sonreí. Si supiera que no me sonrojaba por su comentario -. Haneul me comentó cosas sobre ti - soltó de pronto.

- Sí... tuviste una vida muy dura, ¿no?

- La tuve, la tengo.

- La tienes... yo también. Trabajo por mi hermana, tendría que estar estudiando, pero prefiero que mi hermana tenga todo y que no pase por lo mismo que yo y ya sabes, ¿tú no tienes hermanos?

- Por suerte no, con una Park Sunhee basta y sobra.

Estuvimos conversando bastante tiempo más mientras yo cocinaba y él solo estaba sentado, mirándome. Hajoon era muy agradable y simpático (y atractivo). De vez en cuando me hacía sonrojar con sus comentarios. Pero trataba de tomármelo con humor, nunca me había gustado que me hicieran cumplidos, odio sonrojarme.

- ¿Tú no tienes que trabajar holgazán? ¡Fuera de mi cocina hombre, fuera! - Haneul llegó a la cocina y lo echó, igual que la última vez a Hajoon de la cocina. Al parecer era una costumbre. - Este niño ya estaba molestado en vez de estar trabajando.

Solté una risa y pasé un mechón de mi pelo que estaba en mi cara detrás de mi oreja. Al fin había terminado de pelar todo lo que había dejado Haneul.

- Hajoon es muy agradable, solo conversábamos.

- Lo sé, pero tiene que trabajar, si lo pillan no será a mí a quien le quiten el empleo.

- Tienes razón Haneul - ella echó un vistazo a mis verduras peladas y picadas y luego me miró.

- Lo haces muy bien Sunhee.

- Gracias, ¿hay algo más que pueda hacer?

- Sí... la habitación del joven Lee - abrí los ojos instintivamente, ¿yo tendría que ir a su habitación? Pues claro, soy una empleada más. Aunque eso no impidió que mi corazón corriera a toda velocidad.

- Entonces, tengo que ir.

- Claro, solo hay que sacar el polvo, el joven es muy ordenado - asentí y me dirigí a la habitación que me había mostrado Wonsik la primera vez que pisé el lugar. Los Lee no estaban en casa, así que no tenía que preocuparme por nada, ¿de qué había que preocuparse de todas formas?

- Solo soy la empleada que está haciendo su trabajo - me recordé.

Giré la manilla de la puerta y entré.

Lo primero que vi fue un póster de BTS. Un gran póster autografiado. Al parecer los idols también tienen ídolos.

Había un olor especial... olía a él. Yo había sentido su olor las dos veces que hemos hablado y en su habitación había el mismo olor. Un olor que me hacía estremecer hasta la médula. Quería recordar ese olor siempre.

Me senté en la cama para ver todo de esa perspectiva y me fijé que en el suelo había un papel. Estaba arrugado y al parecer lo iba a botar, solo que no alcanzó a llegar al basurero.

Sé que no debería leer, tal vez era algo personal que yo no tendría que estar leyendo. Pero ya lo estaba haciendo:

"Sus ojos son como rubíes, que brillan con esplendor.
Su piel se ve tan suave que quiero tocarla sin miedo.
Y su sonrisa, daría lo que fuera para verla cada mañana al despertar."

Eran unos hermosos versos que hicieron que mi pulso aumentará a niveles que nunca antes habían llegado. ¿A quién podría haberle escrito tan maravillosas palabras? Si Lee Heeseung había escrito eso para alguien, la chica era muy afortunada. Eran las palabras más bonitas que había leído en mi vida. Tenían sentimiento, necesidad y misterio.

¿Por qué lo habrá querido botar?

- ¡Sunhee baja, ya están aquí los jefes!

Arrugué nuevamente el papel y rápidamente lo guardé en mi bolsillo. Sé que no era lo correcto, pero quería leer esas palabras cada día, como si esas palabras fueran para mí.

Beautiful Exception (Enhypen Heeseung) Where stories live. Discover now