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𝐀𝐢𝐧𝐨𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐝𝐨יִיִ

El alfa jadeaba cada que embestía con rudeza el interior de el Omega, cuando se inclinó a mi nuevamente, me acerqué, esperaba un nuevo chupeton, pero el sentir los húmedos labios de el contrario juntarse con los suyos, se sorprendió, pero terminó correspondiendo. Cuando se separaron, el alfa relamió sus labios, normalmente rechazaba besos de sus parejas sexuales, pero con aquel Omega lo había aceptado, Langa era muy curioso...le demostraría que no debía besarlo sin su consentimiento.

—Nadie te dio el permiso de besarme, mi pequeño Langa. -Detuvo sus embestidas y dirigió una mano a su miembro, el cual comenzó a sacar de el interior ajeno, la mano que aún mantenía en la pierna ajena, la utilizó para darle la vuelta a Langa, dejándolo en cuatro frente a el.

Colocó ambas manos sobre las nalgas de el Omega y las separó para dejar a la vista aquel humectado agujero, no tardo mucho para volver a introducirse en su menor; las manos que anteriormente tenía en sus glúteos, las subió hasta su cadera, la cual sostuvo con firmeza para que el cuerpo de Langa no se alejará. Cuando comenzó con las penetraciones nuevamente, no tardó mucho en volver a aumentar el ritmo, llegaba lo más profundo que podía dentro de su contrario.

De sus delgados labios salían roncos gemidos y el peliazul se inclinó para adelante, recargando parte de su peso sobre el cuerpo de Langa, lo hizo para morder la parte de atrás de su cuello, dejando sus dientes marcados en un recorrido hasta sus hombros.

Por la calidez que ambos cuerpos producían, pequeñas gotas de sudor escurrian por el rostro de el alfa, sin dejar de embestirlo, bajo una mano hasta llegar al pene de el Omega, con su mano lo comenzó a masturbar nuevamente, rozando y apretando suavemente con su pulgar el glande de el menor, también recorría la abertura de su pene en círculos, intentaba estimularlo lo mejor posible.

Bad or good luck?; Adanga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora