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Adam

El político mientras se ocupaba de la zona de el cuello, levantaba la mirada para ver cada tierna expresión de el menor, el dolor era placer, pensaba el alfa mientras miraba como la lagrima se secaba en aquella colorada mejilla; de un momento a otro, de mi mano un caliente líquido comenzó a escurrir de entre mis dedos, al parecer mi contrario había eyaculado, el alfa dejó de hacer aquellas acciones y observó por unos segundos el semen que escurria.

—¿Quién te dio permiso de correrte, mi pequeño Langa? -Dijo el alfa acercando la mano manchada a sus labios, pasó su lengua por encima de su dedo índice, tragando parte de la esencia de el contrario.

Sabía lo sensible que ahora estaba el Omega por el reciente orgasmo y su celo que lo atacaba con fiereza, cuando el más joven le había dado permiso a Adam de comenzar a moverse, una sonrisa perversa se mantenía en aquellos labios; ahora ambas manos se posicionaron con firmeza debajo de la rodillas ajenas y elevó sus piernas a la altura de sus hombros, doblando un poco las mismas para poder empujar con libertad.

El alfa no espero mucho para comenzar a mover su cadera con lentitud, primero esperaba a que el virginal Omega lo recibiera adecuadamente, recargaba parte de su peso sobre las piernas contrarias mientras comenzaba a embestir en un vaivén más rápido, su principal objetivo era satisfacer el deseo sexual de el joven, no lastimarlo, así que esperaba a que se acostumbrara.

Bad or good luck?; Adanga.Where stories live. Discover now