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𝐀𝐢𝐧𝐨𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐒𝐡𝐢𝐧𝐝𝐨יִיִ

El alfa al ver las intenciones de el menor, se inclinó un poco hacia adelante; un ronco jadeo salió de sus labios cuando sintió su piel siendo succionada, era la primera vez que alguien se había atrevido a marcarlo, cosa que lo convencía más de que aquel adolescente era lo que buscaba en un omega.

—Te haré llorar, mi pequeño Langa.–Había dicho en un susurro, mientras miraba a su ajeno, sus ojos reflejaban perversión pura, el alfa estaba deseoso por escuchar nuevamente los dulces gemidos de Snow, sin importarle si fueran de placer o de dolor.

El peliazul apretó las piernas de el Omega para sostenerlo mejor, hasta dejar sus uñas marcadas en su pálida piel. El alfa comenzó a embestir con más frecuencia, aumentando de igual manera la intensidad de las mismas, cuando su ajeno le había dado permiso de tomarlo como el deseará, no pensaba seguir conteniendose.

Sentía el interior de el Omega aún estrecho, pero no pensaba detenerse hasta que el mismo estuviera satisfecho, estiró la pierna diestra de langa, para que la misma quedará recargada sobre su hombro, solo tuvo que girar un poco el rostro para poder acercar su boca y dejar sus dientes clavados en esa zona, la mordida había sido un poco salvaje, pero después de darsela, pasó su lengua por encima de aquella zona que se enrojecia. El alfa soltaba roncos gemidos al igual que jadeos mientras movía sus caderas en un brusco vaivén mientras penetraba sin delicadeza el culo de el joven.

Bad or good luck?; Adanga.Where stories live. Discover now