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El día empezó y Seokjin despertó por la incomodidad del bullicio, se levantó analizando el lugar, ya no era el palacio y la incomodidad le dió veracidad de aquello.

Salió de la pequeña habitación con temor a ser reconocido, pero nadie le daba importancia, primero porque eran aldeanos que si sabían de los reinos pero no estaban al tanto de los reyes, reinas o príncipes, segundo era que el tenía cubierto su rostro y había sellado su aroma.

-es una lastima, son dos ancianos que no tienen pariente alguno, y nadie de nuestro nivel puede costear un precio tan alto- un aldeano hablaba, y aunque sean murmullos el lugar era audible.

-tienes razón, lo más probable es que sean olvidados, todos tenemos padres que cuidar, ellos tuvieron mala suerte.

-supongo que habrá alguien que desee poseer esa casa- dijeron los aldeanos.

Seokjin se interesó en aquello, lo que necesitaba era un lugar fijo dónde quedarse y si de dinero se tratase sería algo factible, sus pertenencias tenían mucho valor, al igual que sus monedas de oro y plata.

Luego de averiguar Seokjin se enteró que una pareja anciana tenía una gran casa pero que ya no podían mantenerla, deseaban irse a un lugar más tranquilo pero nadie quería la casa.

Seokjin fue no muy lejos del centro del reino, una zona llena de lujosas casas o mansiones, Seokjin vio la dirección y detalles y encontró la casa, viendolo desde fuera era elegante y de un tono claro, se acercó y vio a un señora de avanzada edad, la señora lo vio y sonrió, Seokjin se acercó.

-buen día señora, ¿está es la casa que está en venta?- Seokjin sonrió.

-buen día joven omega, así es, la casa que deseamos vender mi esposo y yo- la señora ingresó a su hogar invitando a Seokjin quien la siguió y fueron al salón de las visitas -deseo vender esta hermosa casa y podernos ir al campo, una vida tranquila.

La charla fue larga, tomando casi medio día, el esposo de la señora se acopló, la conversación iba desde el precio hasta las condiciones, Seokjin era un forastero y debía registrarse, el no quería dar su nombre real ya que sería reconocido por la corte real, la pareja vio angustia en el y decidieron ayudarlo, se registraría como un acogido por ellos, ahora solo sería Jin, un Omega sin familia y acogido por la pareja, Seokjin agradeció aquello, terminaron en un trato, dónde Seokjin sería el nuevo dueño de aquello casa y el les pagaría con monedas de oro, también se comprometió a enviar alimento y lo que necesite la pareja cada mes, eso lo hizo por qué quería, además dos ancianos no debían hacer viajes largos o más, el cuidaría de ellos aunque sea a lo lejos.

-gracias pequeño, serás bendecido ya lo verás- dijo la anciana abrazando a Seokjin.

Seokjin sonrió y luego fueron a firmar, los registros fueron hechos y Kim Seokjin fue reemplazado con solamente Jin, el Omega llevó todas sus pertenencias a su nuevo hogar, los ancianos ya tenían todo listo desde hace un tiempo y sin dudarlo se marcharon rumbo a una villa que sería su nuevo hogar.

Seokjin vio la casa y se sintió abrumado, ya no sería como antes, ahora debía hacerlo todo el, valerse por si mismo, ya no habría nadie que le prepare el desayuno, que lo vista, o demás, demoró una semana adecuado su nuevo hogar a su estilo, la planta de arriba era su lugar especial, todo lo que le pertenecía estaba ahí, la planta baja estaba llena de cosas que había adquirido a lo largo de la semana.

Dos semanas habían pasado y Seokjin estaba algo agotado, no salía de su hogar a menos que sea por provisiones, no podía seguir así, debía salir adelante, era una nueva persona la probabilidad de ser reconocido era de una en un millón, observó el lugar y pensó en algo que talvez le siente bien.

Decidió salir a dar un paseo para conocer más el lugar, se encontró con un bazar de joyas, el tenía muchas joyas pero como un principe le atraían las cosas extranjeras, ingresó y vio hermosas joyas, reconociendo las piedras, oro y plata, formas distintas a las que el recibía, estaba tan inmerso que no notó cuando un alfa se le acercó.

-buenas tardes bello omega- Seokjin se dió vuelta y se topó con la imagen de un alfa apuesto, alto y elegante.

-buenas tardes- contestó Seokjin.

-¿Es usted extranjero verdad?-

-así es, llegué hace unas semanas.

-me presento mi nombre es Woo Ji-ho, pero puede llamarme Zico, soy consejero real de su alteza, el rey Kim Namjoon- dicho todo el alfa agachó levemente la cabeza.

-mi nombre es Jin, acogido de los ancianos Lee, extranjero y nada más que pueda agregar- por un momento seokjin temió que el alfa supiera algo de el.

-es un placer, me gustaría, claro si no es imprudente de mi parte, conocerlo un poco más, ¿Aceptaría usted una invitación mía para poder compartir una tarde de té hoy?- Seokjin se sorprendió ante la educación del alfa, claro, por alguna razón era consejero real.

Seokjin analizó su situación, debía de dejar de tener miedo y conocer su nueva vida, una vida de un aldeano promedio.

-sería grato compartir una tarde de té con alguien tan educado, acepto su invitación- Seokjin estaba tranquilo, las personas del lugar no eran como aquellas personas adineradas de su reino, que solo querían imponerse por su casta o género.

- espléndido, claro está que conozco el lugar en el que usted vive, así que permítame enviarle un siervo mío para que lo escolte hasta mi hogar- Zico sonrió amablemente.

-lo estaré esperando entonces- una cosa era clara, las tardes de té o reuniones se llevaban a cabo con muchas personas ora una amena charla.

Seokjin estaba pensando en que ponerse, claramente el alfa tenía intenciones distintas pero Seokjin dejaría muy clara su decisión de estar solo por el momento, decidió su vestimenta y se preparó para salir, una vez llamaron a su puerta seokjin salió y fue llevado a un mansión, su vida empezaría de nuevo.









Cualquier falla ortográfica me gustaría que me la hagan saber por favor ^^

Te Encontré [Namjin]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin